“Cuando suena que hay balonmano en Arteixo significa que se está trabajando bien”
El club Arteixo Balonman nace en el año 2014 y en sólo tres años han conseguido aumentar de 12 a 70 licencias federativas. Cuentan con equipos desde prebenjamín hasta cadete y esperan poder crear en los próximos años el equipo senior.
Como explica Pascual Bartolomé, el club comenzó “desde la base y a partir de ahí, esos niños y niñas irán creciendo hasta poder jugar en la categoría senior”. Una tarea que requiere mucho esfuerzo pero que, dice Pascual, “es muy gratificante porque los ves crecer desde que comienzan hasta que se hacen mayores”.
¿Cuál ha sido el secreto para llegar hasta donde estáis? Buscamos que todos los niños se diviertan haciendo la actividad y que puedan formarse como buenas personas. Nuestra filosofía es formadora, no somos un club resultadista. Creemos en el deporte como parte de la formación y el crecimiento personal. No hacemos distinción entre los niños, todos tienen su sitio y son tratados por igual. Quizás sea esa justicia la que nos hace crecer. Nuestras propias normas obligan a que todos los niños jueguen como mínimo un tiempo completo y eso nos da riqueza como técnicos y jugadores. Los padres perciben que todos tienen sitio, participan y que no hay presión por el resultado.
¿Qué es lo que engancha del balonmano? Es un deporte super noble. Somos un deporte minoritario en el que prácticamente todos nos conocemos. Eso se respira en las competiciones con los niños, no hay malos rollos. Fomentar el balonmano es mucho más que deporte, es unidad, valores educativos, formativos y de respeto. Cuando comenzamos los primeros partidos los jugábamos sin marcador. Hasta categoría cadete o juvenil no deberíamos presionar a ningún niño o niña por ganar, hay que respetar las etapas formativas. Los niños lo que tienen que hacer es estudiar y que el balonmano les sirva para ganar amigos, logros deportivos, mejorar como persona y divertirse. En esas edades van muy deprisa, están presionados y rodeados de competitividad pero luego no somos capaces de canalizar las frustraciones.
Llegará un punto en que también tengáis que lidiar con la presión y la competitividad, ¿cómo se hace? Hay que ganar cuando se es mejor. Si tú has dado todo lo que tienes y tu rival es mejor, tienes que estar contento porque tus jugadores y jugadoras lo han dado todo. Cuando tengamos categoría senior, espero que en unos tres años, los chavales podrán ver al equipo todos los sábados, eso hace que la filosofía de club sea mejor. Serán un referente para los niños. Estarán mirados con lupa y tendrán que cumplir con esa responsabilidad para que los niños copien lo bueno.
Tenéis equipos mixtos y femeninos, ¿es un deporte igualitario? Las categorías mixtas van de benjamín a alevín. Como en todos los deportes colectivos, hay pocas niñas. El equipo mixto es para favorecer que las niñas jueguen pero para tener continuidad, necesitan tener un grupo de niñas. Nuestra joya de la corona es el infantil femenino con 16 niñas que están trabajando muy bien y muy motivadas. El pasado año, en el torneo internacional en Nazaret, quedaron subcampeonas. Es importante tener niñas porque estas niñas han conseguido atraer a otras 12 en alevines. Tener 25 niñas que jueguen a balonmano es muy difícil y estamos muy contentos.
¿Auguráis buen futuro? Si seguimos trabajando así y si siguen colaborando las instituciones. Desde el concello se aporta cada vez más ayuda y se ceden instalaciones. Ahora estamos en el Pazo dos Deportes y estar ahí para nosotros es muy importante. Somos optimistas en cuanto a que podemos crecer pero hay que trabajar mucho pero las cosas altruistas a veces cansan y hay que estar combinando con vida personal, trabajo y no hay que bajar nunca la guardia. En tres años creo que rondaremos las 100 licencias. Todo dependerá de la creación del equipo senior. La idea es seguir en la línea en que estamos trabajando y que esté asegurada la continuidad con la creación del equipo senior. Cuando la gente viene por el boca a boca suena que hay balonmano en Arteixo es que está funcionando la cosa y se está trabajando bien.