21.283 niños y niñas no pueden salir a la calle
21.283 niños y niñas no pueden salir a la calle. Segundo datos del Observatorio de Infancia, en España en el año 2018, había 21.283 niños, niñas y adolescentes viviendo en acogimiento residencial bajo una medida de protección.
La Plataforma de Infancia denuncia que estos niños y niñas no pueden salir a la calle. La Orden de 25 de abril que concretó las salidas de los menores de edad durante el confinamiento se olvidó de ellos.
El Gobierno de España se ha olvidado de 21.283 ciudadanos que aún no han cumplido su mayoría de edad. Sí es cierto que la Orden deja a las Comunidades autónomas una puerta abierta para flexibilizar las normas. Pero también es cierto que la regla de: 1 adulto, 3 niños, 1 kilómetro, 1 metro de distancia no es viable para la organización de la mayoría de centros de protección repartidos por todas las comunidades.
Una vez más la infancia del sistema de protección es invisible.
“Pedimos medidas específicas para que los niños y niñas que viven en recursos residenciales del sistema de protección puedan disfrutar de las salidas a la calle, al igual que el resto de niños y niñas durante la vigencia del estado de alarma y sus posibles prórrogas”
Plataforma de Infancia
Desde la Plataforma estatal han enviado una carta a sus responsables, Pablo Iglesias (Ministro de Derechos Sociales) y Salvador Illa (Ministro de Sanidad).
¿Qué piden en esta carta?
- permitir salir a todos los niños y niñas tutelados de todas las edades
- hacer uso de espacios públicos cercanos a los centros para que puedan salir y entrar sin tener contacto con otros grupos poblaciones
- organizar salidas en grupos pequeños con el adulto de referencia para ellos
- tomar medidas para garantizar la seguridad de estos niños, niñas y adolescentes y del resto de la población
- asegurar la desinfección de las instalacines antes de su uso
- proporcionarles mascarillas y guantes
Por supuesto, sin olvidar algo tan importante como la educación social. Hay que visibilizar la situación real de los niños, niñas y adolescentes que viven en centros de protección. No vaya a ser que salgan a la calle y tengan que aguantar las críticas y manifestaciones inapropiadas de sus vecinos y conciudadanos.