Unas elecciones autonómicas raras
El 12 de julio celebramos unas elecciones autonómicas que a mí me parecen raras.
Tengo la sensación de vivir unas elecciones autonómicas raras. ¡Pueden ser tantas cosas las que motivan esta sensación!. Aunque eso no importa porque no deja de ser una percepción personal e intransferible de los comicios del día 12 de julio.
Por ejemplo, el BNG habla de un "novo status político para Galiza cun goberno nacionalista para avanzar no autogoberno". También refuerza que el "cambio político virá da man do BNG cun goberno presidido por unha muller, a nacionalista Ana Pontón".
Las elecciones autonómicas gallegas se celebran el 12 de julio
Más ejemplos. Galicia en Común habla de "pechar as porta das Xunta á represión e á intolerancia da extrema dereita de Feijóo e Abascal". Ciudadanos de "“En nuestro proyecto para Galicia de ciudadanos libres e iguales todos tienen cabida”. La Marea Galeguisa, apela a "“Defendemos que Galicia teña os mesmo dereitos que as outras nacións do Estado".
De qué habla la clase política
Desde el Partido Poular dicen "Feijóo sinala que as eleccións non son só unha cuestión de partidos senón de prioridades e a súa é Galicia". Los socialistas hablan de "muro de contención, tamén en Galicia, para frear á dereita e á ultradereita".
Por otro lado, los partidos también apelan a la participación. Ningún partido quiere que nadie se quede sin ejercer su derecho al voto. Todos piensan que participar es un paso más hacia su victoria.
Políticos y partidos y viceversa
El maltrato animal, echar fuera a los que están en el Gobierno, la pesca, el marisqueo, la industria, el movimiento LGTBi, la sanidad, los servicios públicos, la pandemia, las ferias, la educación, el plurilingüismo, las ciudades, el campo, el mar,... lo mucho que tenemos que ganar y lo mucho que tenemos que perder... De esto y mucho más nos hablan ellos, los políticos y los partidos que representan.
Además en las agendas de los políticos para las autonónimas gallegas del 12 de julio están otros temas:
- feminismo,
- país,
- medioambiente,
- igualdad,
- lo público y lo privado,
- la universidad,
- la ley electoral,
- el trabajo en equipo,
- el futuro,
- la flota gallega...
También se habla de la historia, la reconstrucción, el maltrato, las mentiras, la transición energética, los montes, las infraestructuras públicas, los paisajes naturales, el abandono institucional, la investigación, la automoción, la movilidad, las infraestructuras, los concellos, el comercio local, los autónomos...
Por supuesto que nos hablan de manipulación informativa, de salud mental, del curso escolar, de los medios de comunicación públicos, de medias verdades, de servicios sociales, de empleo juvenil, de colectivos profesionales, de centros de día, de emergencias sociales, de recuperación económica, de pago de facturas, de ciencia, de partidas presupuestarias, de territorios, de la nueva normalidad, de acuerdos políticos,...
Incluso se habla de la crisis sanitaria, de economía, de trabajo, de ertes, de las víctimas por la covid-19, del gobierno de España y de Europa y de más lejos todavía, de las rías, de compromisos, de banderas, de conciliación, de escuelas infantiles, de turismo, del Camino de Santiago, de puertas giratorias. Y de recortes, de tarifas eléctricas, de teatros, de ambiciones, de debates políticos, de residentes ausentes, de emigración e inmigración, de educación ambiental, del día de las elecciones....
Y personalmente, sigo teniendo una sensación rara. Porque estos contenidos me suenan, salvo excepciones que me reservo para mi derecho al voto, a discursos paralelos a:
- la cultura del trabajo,
- una realidad de la pobreza heredada,
- a necesidades de la infancia,
- dignidad de las personas,
- idiosincrasia del gallego,
- hermosura de nuestra tierra,
- cultura gallega del acogimiento,
- el amor por el trabajo,
- la ilusión por el futuro...
Algunos quieren cerrar puertas y a mí me gustaría oír hablar de un lugar donde cabemos todos.
Isabel García - periodista social