La "gordofobia" llega a Arteixo con el monólogo de Esther F. Carrodeaguas
'Lo único que realmente he querido toda mi vida es estar delgada', escrita y protagonizada por la dramaturga y actriz Esther F. Carrodeguas, llega a Arteixo tras su periplo por la península y varias localidades gallegas. El viernes 15 de noviembre estará en el Auditorio Arteixo.
La pieza aborda la relación de la autora con su cuerpo, marcada por la gordofobia imperante en nuestra sociedad.
"Lo único que realmente he querido toda mi vida es estar delgada" es un texto de cruda sinceridad que intenta hacer ver al público cómo la gordofobia está instalada en nuestra sociedad. "El título por sí solo tuvo un impacto enorme desde el principio. Mucha gente me contacta a menudo para decirme que querían ver la obra porque se identificaban completamente con ella, lo que indica que tenemos demasiada gordofobia. Descubrí después de la representación que esta historia no es mi historia, que es la historia de mucha gente" -comenta Carrodeguas- que por muy duro que sea el trasfondo, la pieza no deja de ser divertida -comenta-.
Bajo la dirección de Xavier Castiñeira, Carrodeguas estará acompañado en escena por el artista multidisciplinar Juanma LoDo, quien realiza el corte electrónico de la pieza.
El espectáculo se estrenó en castellano en el Teatro del Barrio de Madrid, pasó por la prestigiosa Fira Tárrega y por numerosos pueblos del País Vasco, se estrenó en gallego por primera vez este año en Narón y tras agotar entradas en varias localidades gallegas llega este viernes 15 de noviembre al Auditorio CCC Manuel Murguía de Arteixo a las 20.30 horas.
Puesta en escena
Basado en las técnicas de la Palabra Hablada y la estética Trash, se desarrolla esta pieza en la que la propia autora se ubica en una montaña de restos de comida chatarra. Esa inmovilidad en la que se encuentra la intérprete es una metáfora del estado en el que su cabeza la bombardea obsesivamente y la inmoviliza. Ese “quiero estar delgada” es una obsesión que le impide tener una relación sana con las demás personas y consigo misma.
Sumada a esta idea de suciedad, el propio tratamiento de la voz en vivo basado en la obra de Juanma LoDo que transforma la voz de Esther en varios personajes (el padre, su abuela, los niños que la acosaban…) construye un universo sonoro que acentúa la obsesión por la autoimagen que tenemos de nosotros mismos en la que somos incapaces de aceptarnos.