Cuando las altas capacidades son un obstáculo

Cuando las altas capacidades son un obstáculo, qué hacemos.

“Mami, ¿por qué en el cole no me dejan ser feliz?”.

El día en que su hijo llegó a casa y le hizo esta pregunta, Viqui decidió hablar con sus profesoras. A Mateo le habían prohibido leer en los recreos, indicándole que debía jugar con los demás. Pero a él no le gustaba el fútbol, y las niñas lo rechazaban porque era un niño. “Le hicimos las pruebas para saber si tenía altas capacidades, y obtuvo un coeficiente intelectual de 143”, explica su madre.

Así comienza el reportaje sobre altas capacidades de la periodista gallega Paula López Quintas, una entrada triste, en la que un niño no entiende que, a veces, la gente le tiene miedo a las personas más inteligentes. Y si no es miedo, es inquietud, es rabia, es nerviosismo. O es un compendio de diversas sensaciones.

En su trabajo académico "Soy más inteligente que tú. ¿Y qué?", Paula se adentra en un mundo en el que conviven los juegos de un niño y los pensamientos de un adulto; pero también la frustración y la rabia de una madre.

Las altas capacidades (AA.CC) no se rigen por una definición exacta.

En España utilizamos este término para referirnos a las personas a las que antes llamábamos superdotadas (cociente intelectual es igual o superior a 130) , pero las cuales también tienen uno o varios talentos.

En 1983, el psicólogo norteamericano Howard Gardner describió ocho tipos de inteliegencia: lingüístico-verbal, lógica-matemática, espacial, musical, corporal-cenestésica, intrapersonal, interpersonal y naturalista.

Por lo tanto, una persona con AACC es aquella que tiene un cociente intelectual por encima de la media, que además destaca en múltiples aspectos, que tiene una gran capacidad creativa y que muestra gran implicación en aquellas tareas que les interesan.

Según los últimos resultados del Ministerio de Educación, en Galicia hai 1.474 alumnos con altas capacidades, y un total de 23.745 en todo el territorio español.

Pero el problema radica en que hay demasiados casos que no están identificados por el desconocimiento y el miedo, sumados a la negligencia, denunciable si es voluntaria.

Este último caso es algo complicado de entender, por eso lo vamos a desmenuzar.  Puede ocurrir que los padres -o incluso el propio alumno- renuncien a un apoyo educativo al considerar que no lo necesitan, o al intentar evitar que se susciten envidias en el ámbito escolar que podrían dar lugar a algún tipo de acoso indeseado.

Pero también podemos estar ante un colegio que evita poner en marcha un programa de apoyo, pues a veces tienen miedo al desconocimiento del tema, pues los profesionales de la educación no saben como actuar.

Por eso es importante que haya programas educativos eficaces, que le dan una oportunidad a la mente del niño para que no se encasille, pues cuando esto pasa, estamos frente a un grave problema.

Muchos niños se aburren en clase ya que lo que están aprendiendo no les interesa por se demasiado fácil, otros bajan su rendimiento académico debido a que no tienen un apoyo social ni amigos debido a su inteligencia. Por este motivo se debe concienciar a la gente para que no piensen que una persona con altas capacidades es perfecta por nacimiento.

Y ante la desinformación, la información.

Y quién mejor para asesorar en este tema que la Asociación Española para Superdotados y con Talento (Aest), desde la cual trabajan para apoyar y ayudar a las personas con altas capacidades.

Desde la Aest destacan la presión social que reciben los alumnos con estas características, pues siempre se piensa de ellos que deben sacar las notas más altas, que son más ordenados y obedientes.

Pero lo que muchos no saben es que sucede lo contrario: en realidad suelen ser los más vagos, despistados y desobedientes, llegando incluso a catalogarlos como niños con TDAH, bipolares o que tienen el síndrome de asperger. De hecho, existen casos en los que se dan una alta capacidad y una dificultad en el aprendizaje, como la dislexia.

Todo esto hace que los niños se sientan intimidados, presionados o discriminados entre sus compañeros. Si bien la distribución por sexo de las altas capacidades es parejo, las niñas tienden a camuflarse más, ya que sufren una mayor presión social. Una presión que como ya comentamos empieza con la desinformación.

A continuación detallamos algunos de los rasgos cognitivos de las personas con altas capacidades intelectuales:

  • Muy observador
  • Extremadamente curioso
  • Intereses intensos
  • Excelente memoria
  • Gran capacidad de atención
  • Excelentes habilidades de razonamiento
  • Poderes de abstracción, conceptualización y síntesis bien desarrollados
  • Capacidad para ver relaciones entre ideas, objetos o hechos, rápida y fácilmente
  • Pensamiento fluido y flexible, elaborado y original
  • Excelentes habilidades de solución de problemas
  • Aprendizaje rápido, con poca práctica y repetición
  • Imaginación inusual y/o vívida

Parece que en esta sociedad, ser demasiado inteligente es un pecado. Y tenemos que recordar que a pesar de todo, son niños y adultos con problemas como todos los demás habitantes del planeta, y su inteligencia y talento es un don, no una vergüenza.