España es un país con niños pobres

En España hay niños pobres

España es un país con niños, niñas y adolescentes pobres. La pobreza infantil ya está ingregada en la estructura de nuestro país. Afecta a diario, según datos publicados en la Plataforma Infancia, al desarrollo, derechos y oportunidades de 2.231.100 conciudadanos menores de edad.

También las cifras hablan de que el 80% de ellos vivirá en la pobreza cuando pasen a la edad adulta.

Además España es un país con niños pobres que nacieron debajo del brazo con adultos que no son capaces de salir adelante para ellos. Algunos porque también han nacido pobres, otros por problemas de salud, algunos por falta de formación suficiente para acceder al mercado laboral, algunos porque han crecido sin referentes sanos de apego, etc. etc. etc.

Y estos adultos responsables de esos 2.231.100 niños, niñas y adolescentes están abandonados para la crianza.

Sí es cierto que existen los servicios sociales, ahí están los sistemas de protección, los centros educativos, las organizaciones sociales,... Pero no es suficiente porque tratar bien necesita muchos recursos y España no destina lo que tiene para que sus niños, niñas y adolescentes no sean pobres.

España es un país de niños pobres y de gente sin compasión; sin ese sentimiento verdadero de identificación ante los males de alguien.

Ante este escenario lo que nuestro país necesita es una comunidad activa y compasiva que exija los recursos que nuestra Infancia necesita.

Por qué hay niños pobres

Porque detrás de cada uno de esos 2.231.100 niños, niñas y adolescentes hay personas adultas: que no saben querer; que no tienen referentes de autocuidado en cuanto a su salud; que no han descubierto el placer de la lectura; ni han hecho un viaje; que no saben amar; que han tirado la toalla; que les puede la incertidumbre y la depresión; incluso la desesperanza; que han pensado en el suicidio o han preferido las drogas, el juego o el consumo de sexo sin control...

También porque detrás de cada uno de esos 2.231.000 niños, niñas y adolescentes hay personas adultas que siempre tienen la ducha fría; que sus casas están en penumbra porque no llega para pagar la factura de la luz; que no saben hacer una cesta de la compra saludable; que le dan más importancia al móvil que a la tutoría de sus hijos; que tienen falta de amor; que nadie les ha enseñado el valor del compromiso; que su forma de arreglar las cosas es a golpes; que siguen creyendo que no existe la igualdad entre hombres y mujeres; que no saben el lenguaje y los códigos para moverse entre iguales...

Además porque detrás de cada uno de esos 2.231.000 niños, niñas y adolescentes hay también personas que aunque quieran no saben y por eso no pueden...

Porque detrás de cada uno de esos 2.231.000 niños, niñas y adolescentes hay una sociedad mediocre e indiferente.

Así que a ponernos todos las pilas y ya saben lo que dice el refrán popular: mal de muchos, consuelo de tontos...

Isabel García - Periodista