“Lo más enriquecedor es el respeto a los rasgos culturales de todos”

La multiculturalidad supone reflejar el hecho objetivo de la existencia y convivencia de distintas culturas. La interculturalidad va un pasito más allá y...

multiculturasEn Arteixo conviven más de 50 nacionalidades cada una con sus rasgos culturales propios y característicos. Nos acercamos a conceptos como multiculturalidad, interculturalidad o integración de la mano de Susana, directora de la ONG Ecos do Sur. Esta organización lleva trabajando desde el año 91 para conseguir la plena integración de poblaciones migrantes o en riesgo de exclusión.

P- ¿Diferencia entre multiculturalidad e interculturalidad?

R- Son dos conceptos muy emparentados pero con una diferencia de matiz muy importante. La multiculturalidad supone reflejar el hecho objetivo de la existencia y convivencia de distintas culturas en el mundo. La interculturalidad va un pasito más allá y presupone que hay una cierta interacción e integración. Esas distintas culturas que conviven en un determinado espacio interactúan entre ellas enriqueciéndose y generando un nuevo producto cultural que viene de la mezcla y la aportación cultural de cada una de ellas.

P- ¿Podríamos hablar de que existe esa interculturalidad?

R- No es fácil encontrar respuestas absolutas. Las situaciones son diferentes de unas ciudades a otras e incluso de unos barrios a otros. Depende no sólo de la integración de una cultura con la población local sino de las distintas culturas entre sí. Es más fácil la integración de las personas de habla hispana y que haya más interculturalidad entre ellas, por una cuestión lingüística. El idioma es muchas veces la primera barrera con la que nos encontramos. Con la población africana o de Europa del Este hay esa barrera idiomática. Hasta que unos y otros no se acercan o no cogen esa facilidad lingüística es más difícil.

P- Muchas veces se confunde integración con la eliminación de los rasgos culturales propios…

R- Hay que tener el cuidado y la sensibilidad de entender y educar en las claves culturales tanto a las personas que vienen como a las sociedades de acogida. Lo más enriquecedor es el respeto a los rasgos culturales de todos. Esto exige mucha tarea de educación tanto con una comunidad como con la otra. Si eliminamos esos rasgos culturales al final tendremos uniformidad que es justamente lo contrario de lo que se pretende con la interculturalidad que es compartir y convivir con la riqueza de esos rasgos naturales propios.

P- A veces en la infancia no vemos esa discriminación pero sí ocurre en la edad adulta, ¿qué falla?

R- Los niños son esponjas y los mayores somos más rígidos y es más difícil cambiar nuestros prejuicios de base. Con los niños que han nacido aquí es la propia sociedad de acogida la que está desaprovechándoles. Esos niños cuando crecen y se hacen adolescentes son el auténtico reflejo de la interculturalidad. En la adolescencia viven la situación del desarraigo, no soy del todo de aquí pero tampoco de mi cultura originaria. Si no saben gestionar ese momento, el entorno de los adultos que es más rígido les llevará a posicionarse en una de las dos culturas entre las que vive. Hay que acompañarles porque además serían unos perfectos mediadores.

P- En Arteixo lleváis a cabo unas jornadas de interculturalidad, ¿cómo se consigue sensibilizar?

R- La sensibilización tiene que ser continua y hacerlo todos los días. La sensibilización hay que hacerla en muy distintos campos, el día a día, los colegios, actividades puntuales como la nuestra, medios de comunicación, redes sociales, para acabar con estereotipos y prejuicios. Pero tiene que ir acompañada de más actuaciones. Lo que genera muchas veces discriminación y dificultades de integración es algo más profundo. Hay que garantizar el acceso igualitario a los recursos.

P- ¿Están las culturas representadas en las administraciones?

R- No, estamos muy lejos de conseguir esa representación. A nivel de representación política nos encontramos con poquísimas personas de otras etnias. Hay que trabajar con los colectivos migrantes el espíritu asociativo para que puedan defender sus derechos. Cuesta porque tienen otras prioridades y necesidades. Hay que fortalecerlos para que desde su autonomía alcancen ese papel de representación social. La naturalidad que se ve en la sociedad con respecto a la población migración se tiene que plasmar en que sean cada vez más visibles en los ámbitos de participación social.

Miriam Cancela / Arteixo