A pocos, si son sensatos, se les escapa que cualquier profesión exige del profesional aptitud y capacidad además de una preparación previa para poder realizar un trabajo determinado y especializado al servicio de un grupo determinado o de toda la sociedad.
El pleno municipal de abril en Arteixo se vió alterado cuando dos personas interrumpieron en el salón de actos del Concello dispuestas a grabar lo que allí se veía y decía. El Alcalde zanjó el altercado emplazando a trabajar a todos los grupos de la corporación municipal para consensuar un documento que regule el poder acceder a la difusión y divulgación de las sesiones plenarias.
El Periodismo es una actividad, una profesión, con gran solera y tradición. Los periodistas necesitan unas cualidades intelectuales y morales y unos conocimientos que garanticen a todos su derecho a la Información. El periodista no improvisa, educa sus sentidos: realista, crítico, histórico, documental, retórico, lingüístico... como apunta el profesor Galdón.
Los medios de comunicación son quienes difunden y divulgan la información periodística; la ética profesional aconseja que estén debidamente acreditados. En los medios de comunicación profesionales la Información la elaboran los periodistas. En nuestro país aún no existe una ley que obligue a que sólo sean ellos los que ejerzan como tales, pero gracias al buen hacer de las asociaciones y colegios profesionales, los que se toman en serio la Información sí lo tienen en cuenta. Zapatero a tus zapatos, como dice el saber popular...
La proliferación de plataformas de comunicación: blogs, páginas web, boletines... dan a todos los ciudadanos la posibIlidad de poder comunicar todo lo que deseen, incluso han dado lugar a los que muchos denominan periodismo ciudadano.
Por supuesto que es bueno regular el acceso a la difusión y divulgación de la Información, también en el caso de la información municipal. Pero si hablamos de Información periodística, ésta sólo la pueden elaborar los profesionales. Y los medios de comunicación que cubran estas informaciones deberían estar todos acreditados como tales.
Sólo así cada vecino sabría que no le están dando gato por liebre y no estaría expuesto a los grandes males de la desinformación cuyo último objetivo es la manipulación.
Y sobre todo porque los ciudadanos tienen derecho a saber la Verdad, no la verdad de quien la cuenta.
Isabel García
