La Refinería de Repsol en Arteixo ya tiene en sus instalaciones el primero de los grandes equipos de uno de los tres proyectos medioambientales que se están desarrollando actualmente, con una inversión de 40 millones de euros y que se pondrán en marcha el próximo año.
Se trata de un separador ciclónico, un equipo de grandes dimensiones con 12 m. de longitud, 7 m. de ancho y una altura con el remolque de 10 m, que ha requerido un transporte especial nocturno desde el Puerto interior hasta la refinería en coordinación con los municipios de A Coruña y Arteixo y que ha contado con la asistencia de la policía local de ambos concellos.
Mañana se llevará a cabo el izado en la unidad y empezará a funcionar en los primeros meses de 2020, cuando esté concluido el proyecto en su conjunto. Este equipo será una pieza clave en un proyecto de mejora de calidad del aire que tiene como objetivo reducir las emisiones de partículas a la atmosfera de la unidad de FCC, realizando mejoras tecnológicas en la planta y adaptándola a las mejoras técnicas disponibles.
La unidad de FCC (Craqueo Catalítico Fluido) sirve para transformar gasoil y otros componentes procedentes de la destilación atmosférica en productos más ligeros de mayor calidad para la elaboración final de combustibles.
Apuesta por el futuro
Estos proyectos son un ejemplo más de apuesta de futuro de Repsol por la refinería coruñesa para la mejora de su competitividad, así como la apuesta por el medio ambiente y la eficiencia energética. A ellos, se suman la nueva unidad de producción de propileno polímero a la que se destinarán 29 millones de euros; los trabajos realizados en la última parada de mantenimiento con un presupuesto de 60 millones de euros y el proyecto del traslado de crudo al Puerto exterior con una inversión de 126 millones.
