La actividad musical puede cambiar la estructura de tu cerebro

Desde que Howard Garner revolucionó el mundo de la psicología y la educación exponiendo su teoría de las inteligencias múltiples en 1983, entendemos la actividad musical como una de las habilidades principales que conforman la inteligencia humana y, además,  una de las primeras en desarrollarse en el niño. El norteamericano Edwin Gordon, el que para muchos es el último gran pedagogo de la música, fallecido en 2015, dio un paso más exponiendo como se produce el proceso de aprendizaje de la música por parte del cerebro humano y describiendo con exactitud los estadios de este proceso en su Teoría del Aprendizaje Musical (Music Learning Theory). Sin embargo, es en los últimos años cuando numerosos estudios científicos ponen de relieve lo que la intuición y la observación nos habían dicho acerca de los beneficios de la música en el desarrollo del cerebro. Y es que ahora podemos ver con un escaner como la actividad musical provoca la neuroplasticidad cerebral.

La neuroplasticidad es el proceso mediante el cual se crean nuevas vías neuronales en el cerebro. Esto ocurre como un proceso natural en la infancia. Cuando el cerebro inmaduro comienza a procesar información sensorial hasta la edad adulta (plasticidad del desarrollo y plasticidad del aprendizaje y la memoria). O también podemos observarlo en los mecanismos de adaptación para compensar una función perdida y / o para maximizar las funciones restantes en caso de una lesión cerebral. Además de en estos procesos ya conocidos, son numerosos los estudios que han detectado también cambios estructurales en partes concretas del cerebro, independientemente de su edad, como consecuencia de la práctica musical. Cambios que pueden comenzar a apreciarse a partir de unas pocas horas de práctica musical.

Entre otros ejemplos, ahora sabemos que la materia blanca[1] , que juega un papel activo en el aprendizaje, ya que coordina la comunicación entre las distintas regiones del cerebro, puede ser inducida a la plasticidad por la práctica musical, si esto ocurre durante periodos en los que las fibras involucradas todavía están en proceso de maduración en la infancia. Por su parte, los investigadores Gaser y Schlaug hallaron también un aumento en el volumen de materia gris[2], asociada con el procesamiento de la información, en las áreas del cerebro motor, auditivo y visoespacial en los músicos. En otros casos, debido a la actividad musical se ha podido evidenciar un aumento del volumen del cerebelo[3], encargado de la recepción de la información proveniente del cerebro y la medula espinal para realizar movimientos coordinados del sistema muscular esquelético, así como del cuerpo calloso[4], encargado de conectar y coordinar las funciones de ambos hemisferios. También se ha observado que los músicos tienen un menor grado de asimetría entre las cortezas motoras izquierda y derecha[5], responsables de la ejecución de los movimientos complejos, como por ejemplo los de las manos. Herdener sugiere también cambios en el hipocampo[6], área que juega un papel importante en la memoria y en la navegación espacial, así como en la detección de la novedad, todo ello inducido por la práctica musical.

Si hablamos concretamente del piano, algunas investigaciones indican que la práctica a largo plazo puede conducir a la adaptación de materia gris y materia blanca[7] en regiones relacionadas con el movimiento. En esta misma línea,  Bengtsson y sus colaboradores encontraron que la cápsula interna del cerebro[8], compuesta por un conjunto de fibras nerviosas que conectan la corteza cerebral con la médula espinal, se encuentra más estructurada en aquellos individuos que tocan el piano.

Pero estos estudios no han arrojado datos sólo acerca los cambios estructurales, sino que también nos hablan de cambios en habilidades cognitivas provocadas por la actividad musical, especialmente en el área del lenguaje y en la visual. Todavía nos queda mucho por saber en esta línea, pero lo que ya nadie pone en duda es el valor de la música para desarrollar nuevas conexiones neuronales y mejorar nuestras habilidades en campos que se extienden más allá de los de la inteligencia musical. De este tema, hablaremos en el siguiente artículo.

Rubén L. Someso

Músico, compositor y experto en pedagogías musicales.Director del espacio Música Vivencial:

Espacio de música especializado en las pedagogías más avanzadas con respecto a la enseñanza de la música donde los padres acompañan el proceso de aprendizaje de sus hijos. Las metodologías utilizadas en MUSICAVIVENCIAL han sido especialmente desarrolladas para el aprendizaje de la música en niños desde los 0 años de edad, basándose en el juego y en los procesos de aprendizaje de la lengua materna. + información: Tel. 669442121

[1] Bengtsson S, Nagy Z, Skare S, Forsman L, Forssberg H, Ullén F. Extensive piano practicing has regionally specific effects on white matter development. Nat Neurosci. 2005;8:1148–1150.

[2]Gaser C, Schlaug G. Brain structures differ between musicians and non-musicians. J Neurosci. 2003;23:9240–9245.

[3] Schlaug G, Lee L, Thangaraj V, et al. Macrostructural adaptation of the cerebellum in musicians. Soc Neurosci. 1998;24:842–847.

[4] Schlaug G, Jäncke L, Huang Y, Staiger J, Steinmetz H. Increased corpus callosum size in musicians. Neuropsychologia. 1995;33:1047–1055.

[5] Amunts K, Schlaug G, Jäncke L, et al. Motor cortex and hand motor skills: structural compliance in the human brain. Hum Brain Mapp. 1997;5:206–215.

[6]  Herdener M, Esposito F, di Salle F, et al. Musical training induces functional plasticity in human hippocampus. J Neurosci. 2010;30:1377–1384.

[7]Han Y, Yang H, Lv YT, et al. Gray matter density and white matter integrity in pianists' brain:a combined structural and diffusion tensor MRI study. Neurosci Lett. 2009;459:3–6.

[8]Bengtsson S, Nagy Z, Skare S, Forsman L, Forssberg H, Ullén F. Extensive piano practicing has regionally specific effects on white matter development. Nat Neurosci. 2005;8:1148–1150.

Fuentes:

  1. Carolina Rodrigues A, Alves Loureiro M, Caramelli P. Musical training, neuroplasticity and cognition. Dement Neuropsychol. 2010 Oct-Dec; 4(4): 277–286.
  2. Lieff j. Music Training and Neuroplasticity.
  3. Kumar Sanju, H. Neuroplastic changes in musician’s brain: a review
  4. Paulnack K. Music Saves Lives. Southwestern Musician | April 2013: 22-28
  5. 5Mandolesi L, Gelfo F, Serra L, Montuori S, Polverino A, Curcio G, Sorrentino G. Environmental Factors Promoting Neural Plasticity: Insights from Animal and Human Studies. Neural Plast. 2017; 2017: 7219461.
  6. Guillén J.C. La música una necesidad cerebral. Bolg: Escuela con cerebro