Un 20% de la población está afectada por algún tipo de dolor crónico

Los estudios médicos epidemiológicos estiman que alrededor de un 20% de la población se ve afectada por algún tipo de dolor crónico. Así, según explica el doctor Enrique Freire de la U.D.I.P.& D.C (Unidad de Intervencionismo Percutáneo & Dolor Crónico) ubicada en el Instituto Médico Arriaza y Asociados, “cerca de 60.000 pacientes están afectados por algún tipo de dolor en nuestro entorno”.

De los pacientes que padecen dolor crónico, nueve de cada diez, lo sufren a lo largo de más de un año sin ser valorados o atendidos y sufren una intensidad de dolor severa sin tratamiento farmacológico. Además, tres de cada cuatro pacientes padecen algún tipo de síntoma psicológico como ansiedad, depresión o ambas.

La mayoría relatan una importante pérdida de calidad de vida relacionada con la falta de autonomía para realizar sus actividades básicas diarias, desarrollar sus relaciones sociales o la mala calidad de sueño. El dolor crónico afecta también al ámbito laboral. Un 44% de los pacientes reconoce trabajar media jornada o incluso una jornada completa con intenso dolor, hay una pérdida de 15 días laborales por incapacidades laborales temporales (ILT) y hasta un 19% señala haber perdido el empleo.

Según cifras del estudio del dolor en Europa, hasta un 66% de los pacientes reciben una atención inadecuada de sus dolores. Dos de cada cinco pacientes cambian sus tratamientos por ineficaces y más de un 66% de los pacientes desea cambiar sus tratamientos por algo más efectivo. Los pacientes en general se sienten mal informados de sus procesos por lo que un 65% de ellos acude a varios profesionales a pedir segundas opiniones.

Como explica el doctor Freire, “cada paciente es un mundo”. “Por ello, intentamos ser diligentes con los pacientes que requieran de nuestros servicios médicos y ofrecerles un conjunto de estrategias desde un punto de vista multidisciplinar dirigidas al tratamiento del dolor crónico de cualquier tipo”. El tiempo es un factor importante por lo que “ofreceremos la posibilidad de atenderlos con prontitud, con experiencia y máxima profesionalidad”. Sobre todo, dice, “a aquellos pacientes cuyo grado de afectación de dolor se convierta en insoportable por su intensidad, por su duración o por gravedad de su patología”.

El perfil habitual, según los estudios, refleja un paciente de mediana edad (52,6 años), cuyos hijos ya no viven en el mismo hogar aunque sí conviven con otras personas en la misma casa. Las patologías que abarcan un mayor porcentaje de afectación de pacientes (hasta un 65%) son los problemas osteo-artrósicos (OA) junto con las artritis. Le siguen los problemas de dolor lumbar relacionados o no con hernias discales y cirugías previas sobre la espalda y a continuación, las lesiones traumáticas.

El dolor lumbar, como grupo general de afectación, se correspondería con alrededor de un 80% de la patología dolorosa. Afecta en mayor o menor medida la columna vertebral y principalmente se focaliza en la región lumbar, seguida de la región cervical y con menor frecuencia, la torácica o dorsal.  Entre las patologías más significativas y por afectación porcentual de pacientes se encuentran las siguientes:

Artrosis

Se desconoce con exactitud el origen de este padecimiento. En la artrosis, la superficie del cartílago se rompe y se desgasta lo que provoca que los huesos se muevan el uno contra el otro y genera fricción, dolor, hinchazón y pérdida de movimiento en la articulación. Con el tiempo, la articulación llega a perder su forma original y pueden crecer en ella espolones. Además, pueden desprenderse trozos de hueso y de cartílago y flotar dentro del espacio de la articulación, lo que genera más dolor y daño.

La artrosis puede afectar a cualquier articulación del cuerpo. No obstante, las más frecuentes son la artrosis de la espalda, que suele afectar al cuello y la zona baja de la espalda (artrosis lumbar); la artrosis de la cadera y la rodilla, y la artrosis de manos, trapecio-metacarpiana (rizartrosis) y pies.

El dolor es de características típicamente mecánicas. Hay implicados diferentes mecanismos de producción del dolor en la artrosis que pueden verse afectados por la influencia de factores psicosomáticos subyacentes de cada individuo.

Hernia discal

Se produce un desplazamiento localizado de material del disco intervertebral más allá de los límites del espacio entre las vértebras. Termina comprimiendo por contigüidad anatómica la raíz nerviosa adyacente. Origina un dolor muy intenso y con sintomatología variada que además de la molestia se traduce en sensaciones extrañas típicas de un dolor de tipo neuropático.

En la mayoría de los casos, este dolor remite con un tratamiento conservador y sin cirugía con un sinfín de alternativas terapéuticas mínimamente invasivas o con técnicas mínimamente invasivas como bloqueos peridurales, fármacos antiinflamatorios próximos a la lesión, láser y técnicas de radiofrecuencia, entre otras.  Todas estas opciones antes de la cirugía (siempre que no sea de indicación clínica y/o urgente por compromiso nervioso inminente), y estimándose que aproximadamente un 10% de ellos requerirán una intervención quirúrgica para su tratamiento.

Síndrome facetario

Podría definirse de forma muy general como dolor o disfunción proveniente principalmente de las articulaciones posteriores de la columna y de los tejidos blandos adyacentes. Las articulaciones posteriores a todos los niveles (cervicales, torácicas y lumbares) están sujetas a traumatismos, influencia de tensiones musculares y diversas fuerzas que alterarían su biomecánica.

Se trata de un síndrome doloroso muy frecuente a nivel lumbar, muy posiblemente infradiagnosticado y englobado junto con los dolores lumbares difusos de causa desconocida. El tratamiento consiste, entre otros, en calor local, antiinflamatorios, fisioterapia, inyecciones locales o en el punto gatillo miofascial para los músculos paraespinales o técnicas de radiofrecuencia (RDF).

F.B.S.S. (Síndrome de cirugía fallida de espalda)

Es un dolor lumbar de origen desconocido que persiste o aparece después de una intervención quirúrgica de columna realizada con la intención de tratar un dolor localizado originalmente en la misma zona.

Es una de las causas más clásicas a las que achacar el dolor lumbar persistente tras cirugía de raquis (columna) pero debemos ser cautelosos y no utilizarla como explicación de «primera mano» ya que todos los pacientes operados desarrollan en mayor o menor grado imágenes de (RNM) compatibles con fibrosis en el nivel operado y la mayor parte de ellos están asintomáticos.

La presencia de fibrosis no siempre es motivo de dolor y su presencia en un lado del cuerpo puede estar relacionada con dolor en el lado contralateral. Es conveniente, por tanto analizar a cada paciente con detenimiento y aconsejar, para cada caso, unas medidas terapéuticas u otras.