Halloween

Se acercan ya las calabazas, los disfraces, las brujas, los fantasmas…Desde hace varios años se ha extendido también en España una celebración anglosajona, procedente de Estados Unidos. Pero ¿qué es realmente?, ¿cómo surgió?... La palabra Halloween viene del inglés antiguo “All Hallows even”, o víspera de Todos los Santos, y se ref

Se acercan ya las calabazas, los disfraces, las brujas, los fantasmas…Desde hace varios años se ha extendido también en España una celebración anglosajona, procedente de Estados Unidos. Pero ¿qué es realmente?, ¿cómo surgió?...

La palabra Halloween viene del inglés antiguo “All Hallows even”, o víspera de Todos los Santos, y se refiere a la noche del 31 de octubre, vigilia de la fiesta cristiana de Todos los Santos, que comenzó en el s. IV para conmemorar los numerosos mártires de la época de Diocleciano, y se extendió por todo el mundo desde el s. IX.

En realidad, la fiesta actual de Halloween reúne diversos ingredientes, que proceden de varias culturas y etapas de la historia: desde ritos antiguos de los celtas, con sus muertos, sus monstruos y sus fantasmas; hasta ruidos de cacerolas y antorchas nocturnas de los campesinos irlandeses -temerosos de la acción de los condenados en el infierno- y la leyenda de Jack, que vagaba con su linterna, cuya luz sale de una calabaza decorada hoy con aspectos de bruja; junto con los disfraces franceses que se añaden en los s. XIV y XV tras la peste, en representaciones teatrales como la “danza macabra”, que recordaba la presencia de la muerte para todos; o el “Trick or Treat” (truco o regalo) inglés, de los asaltos nocturnos protestantes a casas de los católicos en Inglaterra en el s. XVII pidiéndoles cerveza y pasteles, que hoy realizan los niños pidiendo dulces; hasta los ritos más recientes, relacionados con el espiritismo, el satanismo o el ocultismo; y, sobre todo, y quizá fundamentalmente hoy, la explotación comercial y festiva de disfraces, calabazas y dulces, que se venden estos días por todas partes.

En todo caso, estos días ofrecen siempre una ocasión para reflexionar sobre la vida y la muerte, y afrontar personalmente las realidades últimas. En el tablero de ajedrez de nuestra vida –como se refleja de forma dramática en “El Séptimo sello” de Bergman- todos vamos tomando libremente decisiones hasta llegar a la partida final, sin necesidad de brujas, fantasmas ni calabazas…

Gloria Solé Romeo- Historiadora