La asociación ecologista Arco iris, lleva 35 años trabajando por el medio ambiente. En estas tres décadas de existencia han vivido la evolución de la industria en Arteixo y también el aumento de concienciación en la sociedad
Hablamos con su presidente Franciso Lueiro, para conocer la situación actual en Arteixo.
¿Cuál es el mayor problema relacionado con el medio ambiente en Arteixo?
Sobre todo los vertederos que proliferan por la zona y la contaminación difusa de tipo industrial en los polígonos. Los vertidos de Sabón, después de años de disgustos, han ido a menos. Antes había un cierto descontrol. Ha mejorado un poco la calidad de las aguas que ahora se puede ver en entredicho por los posibles vertidos que se produzcan por el puerto exterior. Habrá que estar también atentos a los efectos del cambio de corrientes por las obras del puerto que se verá en los próximos años. Valcobo ya sufre este impacto y en épocas de temporal puede suponer un deterioro del aporte de arena a la playa. Otro problema importante es la proliferación de especies vegetales exóticas.
¿Cómo se pueden controlar los vertederos?
Una parte del problema es el acceso a las pistas. Primero hay que recoger los vertederos, que en muchos casos es obligación de los ayuntamientos. Además, el ayuntamiento tiene que darse cuenta de que estos accesos a pistas tienen que ser eliminados. Si dan paso a propiedades forestales, es una actuación complicada. Habría que hablar con los propietarios e instalar algún sistema de seguridad. Hay otras pistas que llegan a descampados, que no se usan para nada y es ahí donde van a tirar. Nosotros hemos hecho actuaciones con otros organismos bloqueando pistas y es una medida que da buenos resultados. Poder eliminar, con esta medida, un 30 o 40 % de vertederos ya es un impacto positivo.
¿Es posible la convivencia entre la industria y la protección del medio ambiente?
Lo principal es tener un censo empresarial y controlar si están al corriente de la declaración de vertidos, una legislación bastante estricta. En Sabón, nos encontrábamos con empresas que ni siquiera tenían licencia de apertura. Los vertidos industriales no pueden ir por el mismo sitio que las aguas residuales o pluviales, tienen que tener una depuración independiente. Las empresas químicas deben dar a los vertidos un tratamiento especial, en ningún caso enviarlos a la red general que incumple todas las normas de medioambiente.
¿Se controla y se denuncia la contaminación de las grandes empresas?
El ayuntamiento de Arteixo tiene que tener una red de estaciones de control de medición de la calidad del aire. Los datos diarios de la estación de la Grela, dependiente de la red de medioambiente, no se pueden consultar como se pueden consultar, por ejemplo, los de la Torre. Hay picos importantes de contaminación puntual de ozono en Coruña y no tenemos posibilidad de denunciar lo que pasa en Arteixo porque no hay esa red de estaciones de control ambiental. Hemos denunciado que la estación de la Grela está prácticamente secuestrada por Repsol y Alcoa porque los datos no son accesibles para la consulta al público en general. No podemos saber día por día la carga contaminante de estas dos empresas en la comarca.
¿Se exige más ahora a las administraciones en cuestiones de medio ambiente?
Debe haber una conciencia ambiental en todos los ámbitos. Desde la escuela, los medios de comunicación y una labor continuada de mentalización. Desde los gobiernos municipales, echamos de menos que se haga un consejo de medio ambiente donde se expresen las entidades que tienen algo que decir en este campo. El medio ambiente no puede servir para que figuren cuatro señores y hacer reservas de la biosfera, que no tienen futuro y que sirven como excusa para figurar en el candelero y estar de cenas, celebraciones y dietas. Desde nuestro punto de vista, esa dinámica tiene que ser superada. No apostar por medidas grandilocuentes que no llevan a ningún sitio, sino que el trabajo tiene que ser diario, constante, metódico, riguroso y del que forme parte una diversidad social. La sociedad está organizada pero a nivel político no se reconoce porque no hay medios para participar. Esto es una demanda social que se debe canalizar a los poderes públicos para que no dependa de la buena voluntad política sino que sea una realidad.