El agua es un problema crónico en Arteixo. En el año 2005 el entonces gobierno municipal decidió que una empresa público-privada gestionara el agua en el municipio. Lo que en su momento parecía la mejor opción, la empresa que entraba a formar sociedad con el Concello era solvente, tenía prestigio y ofrecía una inversión de 19’5 millones hasta el final del contrato en obras para adaptar la red a las necesidades de un ayuntamiento que no para de crecer, se convirtió en lo que el actual alcalde, Carlos Calvelo, tacha de burla a todos los vecinos.
La actual corporación cuando accede al Gobierno empieza a preguntarse los motivos que permiten una situación irregular: Aqualia cobra los recibos, sin embargo no paga a Emalcsa el agua que compra; a qué se destinan los 700.000 euros anuales que Augarsa ingresa por los recibos del agua que pagan los vecinos ... “Desde el primer momento en que soy consciente del problema, la consigna fue abordarlo y buscar una solución”, afirma el regidor municipal. “Más aún cuando en esta situación Augarsa plantea en más de una ocasión que este desfase en sus cuentas lo asuman todos los vecinos con un recibo del agua más caro”. “Esto no lo podíamos consentir, continúa diciendo Carlos Calvelo, por eso trabajamos para recopilar todos los datos necesarios para intervenir el servicio y ahora esperamos que Aqualia, la parte privada de Augarsa, obre en consecuencia”.
Pendiente está el decidir el modelo de gestión del agua en Arteixo, algo en lo que ya está trabajando el actual Gobierno municipal. El objetivo es doble, por un lado garantizar las inversiones que necesita la red y por otro que los ya más de treinta mil vecinos de Arteixo tengan el mejor agua y al mejor precio.