Más de ochenta pilotos pusieron a prueba la fiabilidad de sus mecánicas sobre el circuito “José Ramón Losada” de Morás, en la prueba de resistencia por equipos que, como es habitual, pone fin a la temporada gallega de Autocross
(Autocross Arteixo) En una jornada soleada, magnífica para la práctica del automovilismo, fueron casi treinta equipos los que a partir de las 14 horas tomaban la salida en una nueva edición de esta popular prueba de resistencia, en la que equipos de tres a cinco pilotos comparten vehículo, con el objetivo de dar más vueltas que nadie al trazado arteixán, antes de que las agujas del reloj marquen las 18 horas. La presente edición de la prueba contaba además con el apoyo de La Caixa y el servicio de turismo de Arteixo, y alrededor de 1.500 personas presenciaron el desarrollo de una carrera en la que la entrada fue gratuíta.
Las “4 horas de Arteixo” transcurrieron con total fluidez, más allá de las neutralizaciones provocadas por los percances en pista o el necesario riego del firme, en las que fue necesaria la salida al circuito del “safety car” y se ondearon las banderas amarillas, estando prohibido adelantar. La organización respondió con presteza a las numerosas incidencias, no deteniéndose en ningún momento la competición.
En lo deportivo, cabe decir que como siempre, la adecuada gestión de los relevos y repostajes resultó más valiosa que la velocidad pura en pista, característica que diferencia a esta carrera de “resistencia” de los “sprint puros” a los que nos tienen acostumbradas las otras carreras que alberga este circuito a lo largo del año.
Durante toda la prueba, fue constante la preponderancia de tres equipos: El Citroën Saxo tripulado por Álvarez-Molinos-Varela-Lista, otra unidad similar en la que competían Aneiros-Santalla-Aneiros, y el voluminoso, pero muy eficaz BMW 525 en que competían Formoso-Rodríguez-García. De tal forma que, al final de la carrera acabaron ocupando las tres plazas del podio, tras haberse alternado al frente de la clasificación durante toda la jornada.