María Marán: la amazona que continúa acumulando medallas
P- Empezaste a los dos años a montar a caballo y también muy joven a competir, ¿por qué te decantaste por la doma clásica?
R- Yo hacía salto en Los Porches y mi madre me animó a probar con doma. Me gustó porque soy super perfeccionista en todo lo que hago y me pareció diferente.
P- Llevas mucho tiempo entrenando y montando, te ha dado más paciencia y capacidad de esfuerzo en día a día?
R- Yo creo que de esfuerzo sí, pero de paciencia sigo igual. Tengo paciencia hasta un punto pero cuando me cabreo es otra cosa.
P- ¿Qué es lo más importante para que el caballo siga los movimientos?
R- Tienes que confiar en el caballo, si no confías en él vas a ir super rígida y el caballo también va diferente.
P- ¿El tipo de caballo condiciona?
R- Los caballos españoles son más tranquilos y los caballos alemanes son más de sangre caliente y tiran más. Ahora tengo una potra alemana de cuatro años. Llevo muy poco tiempo con ella, desde enero. Por ahora bien, tiene sus cosillas pero no me puedo quejar.
P- Has conseguidos muchos éxitos desde que comenzaste ¿qué haces para conseguirlo?
R- Intentar siempre dar lo mejor.
P- ¿Cómo llevas los nervios de la competición?
R- Lo llevo bastante bien, mi madre es más nerviosa. Ella y mi entrenador me dejan mi espacio. Necesito mis minutos antes de salir a pista. Cuando voy a fuera sí estoy un poco más nerviosa. Sobre todo por entrar a pista y ser consciente de que tengo que hacerlo bien pero normalmente no me pongo muy nerviosa.
P- ¿Te gustaría vivir de esto?
R- Yo tengo en mente ser veterinaria desde hace un montón de tiempo y había pensado en vivir de los caballos pero tendrías que ser muy muy buena. Si puedo compaginar las dos cosas por mi perfecto y si no montaré de vez en cuando pero no me gustaría dejarlo.
P- ¿Cómo compaginas estudios y la hípica?
R- En verano entreno más, cuando tengo exámenes tengo que adaptarlo. Cuando tengo clase tengo dos o tres entrenamientos, pero en verano voy casi todos los días.
P- ¿Has tenido miedo alguna vez encima de un caballo?
R- En Navidades empecé a montar un caballo y un día se me puso de manos, caí para atrás y el caballo cayó encima de mí. Después al montar tenía ese miedo de volver a caer. Piensas que te puede volver a pasar y si hubiese caído el caballo de otra manera me podía haber matado pero hasta ese momento no lo había pensado nunca.
P- ¿En tu vida diaria tienes muy presente la hípica?
R- Sí, muchas veces hablo con mis amigas de cómo quedé, de cómo está el caballo y me dicen que hablo de él como si fuese una persona. Pero para mí es como si fuese una persona. Si me muriera lloraría como si fuese una persona.