No lo dudes: tocar un instrumento te hace mejor persona. En la actualidad se están realizando una gran variedad de estudios científicos sobre todos los aspectos de nuestra vida.
La música, evidentemente, es uno de ellos. Desde los beneficios de la escucha de música de manera habitual, el análisis de los estilos que nos ayudan a permanecer más concentrados, hasta la práctica de un instrumento.
Está más que probado que tocar desde pequeños nos ayuda a desarrollar unas cualidades cognitivas y sociales que nos dan ciertas ventajas con respecto a las personas que nunca han tocado un instrumento.
Sin embargo, hoy voy a hablar de los beneficios que quizás se quedan en un segundo plano cuando nos referimos a la práctica de un instrumento de manera habitual y continuada en el tiempo:
1. Mejora nuestra capacidad de atención y memoria: previene el Alzheímer
Un estudio de la universidad de Granada ha probado que la práctica de un instrumento, ya sea de manera temprana o tardía tiene beneficios a nivel cerebral. Nuestro envejecimiento neurocognitivo se retrasa en el tiempo.
2. Baja nuestros niveles de estrés
La hormona del estrés, también conocida como el cortisol, es capaz de casi desaparecer cuando escuchamos música. Cuando tocamos un instrumento, si bien es verdad que en ciertas ocasiones puede causarnos más estrés, fomentamos nuestra sensación de bienestar y confort.
3. Te vuelves deportista
Un estudio en el Principado de Asturias ha probado que los músicos en escena llegan a tener una frecuencia cardíaca similar a aquella de un deportista de élite. Con una prueba de 62 músicos de edades variadas, las pulsaciones variaban entre 138 y 200, el mismo esfuerzo que hace un futbolista o un tenista durante un partido.
4. Eres más creativo
La universidad de Berkeley nos confirma que escuchar música ''feliz'' desarrolla nuestro pensamiento divergente, es decir, nos ayuda a buscar soluciones creativas a problemas complejos. Si escuchando música, llegamos a tener estos beneficios, ¡ imagínate tocando un instrumento!
5. Conectas con los demás
Tocar un instrumento nos permite conectar con otras personas que tienen gustos afines. Gracias a ello potenciamos nuestra empatía y nuestras habilidades sociales, y por esta simple razón, nos sentimos más felices y plenos. La música nos vuelve mejores personas.