Tres mil millones de dólares para curar todas las enfermedades antes del 2100.
El famoso multimillonario Mark Zuckerberg, creador de la tan popular red social Facebook anunció en su momento la donación de 3.000 millones de dólares al campo de la investigación biomédica para curar todas las enfermedades antes del año 2100.
Sin duda, una idea a lo grande y alocada que muchos tachan de poco realista dado que, según datos manejados por las grandes farmacéuticas, el desarrollo de un nuevo medicamento contra una enfermedad asume un coste de unos 1.000 millones de dólares.
Hoy en día se invierten cantidades ingentes de dinero en la búsqueda de nuevos antibióticos. Pero, ¿por qué surge la necesidad de encontrar nuevos antibióticos? Pues, nada más y nada menos por lo resistentes que se vuelven muchas bacterias a ellos debido al uso excesivo e inadecuado que hace la sociedad de estos compuestos.
Un antibiótico es una sustancia química que bien puede ser sintetizada por un ser vivo o puede ser sintetizada a placer mediante la ingeniería química de medicamentos. Estas sustancias son sintetizadas de forma natural por ciertos microorganismos para defenderse de sus contrincantes y por este potencial, son usados para actuar contra bacterias que son dañinas para el ser humano. Sin embargo, estas bacterias pueden adquirir resistencias mediante la acumulación de mutaciones en su genoma debido a la exposición prolongada a un antibiótico. La causa más importante de este problema radica, como se dijo anteriormente, en el uso abusivo de los antibióticos que se produce fundamentalmente por:
Prescripción de antibióticos para la lucha contra infecciones virales
Los virus poseen un ciclo vital en el cual dependen de la existencia de células vivas. Con células nos referimos a células animales, vegetales o bacterias gracias a la cuales los virus sobreviven. De hecho utilizan la maquinaria intracelular ajena para completar su ciclo vital y así reproducirse y propagarse. Este es el motivo por el cual un antibiótico carece de efecto contra infecciones virales y su uso está desaconsejado. Los antibióticos no son útiles para combatir infecciones virales.
Prescripción demasiado frecuente de antibióticos de amplio espectro
Los antibióticos de amplio espectro atacan por igual a un amplísimo rango de bacterias y por lo tanto, no son específicos. Esto acaba creando un grave problema y es que siempre quedará alguna bacteria con resistencia al antibiótico que tras pocas generaciones se volverá mayoritaria y dominará la infección, haciendo muy difícil su eliminación con los siguientes antibióticos suministrados.
Mal uso de los antibióticos
En muchas ocasiones el mal uso por parte del paciente permite que algunas bacterias sobrevivan adquiriendo resistencia a los antibióticos, de tal forma que ese mismo compuesto no tendría ningún efecto al ser aplicado posteriormente por una posible recaída en la misma infección.
Aunque existan enfermedades a día de hoy que están en boca de todos, las resistencias a antibióticos constituyen una grave amenaza ya que engloban en sí la cura de muchas enfermedades. Y es que según la OMS, cada día enfermedades como la pneumonía, tuberculosis, septicemia y la gonorrea son más difíciles de tratar debido a la emergencia continua de microorganismos con resistencia a los antibióticos. Cada vez más pacientes hospitalizados son víctimas de infecciones hospitalarias, las llamadas infecciones nosocomiales, por bacterias resistentes a antibióticos, empeorando el pronóstico de su hospitalización o directamente acabando con su vida.
Se calcula que cada año mueren al menos 700.000 personas debido a infecciones provocadas por bacterias que son resistentes a todos los antibióticos conocidos. Las previsiones futuras no auguran nada bueno ya que se estima que en los próximos 35 años más de 300 millones de personas fallezcan de forma prematura por infecciones bacterianas.
España es uno de los países donde más ha aumentado el consumo de antibióticos en los últimos años y donde existe un índice más elevado de resistencia bacteriana a los mismos. Por esto la próxima vez que vaya a la consulta de su médico, asegúrese de que realmente necesita un antibiótico y sobre todo, siga sus indicaciones sobre el uso del mismo.