Tenemos que unir afectividad, sexualidad y protección. "La vía de trabajo es unir el amor y el cuidado".
Pepa Horno nos habló de este objetivo durante su conferencia "A educación afectivo sexual como ferramenta de prevención do abuso sexual infantil", con motivo de la celebración del 20 Aniversario de la asociación Arela.
Reiteró el reto de contemplar a los niños, niñas y adolescentes como ciudadanos de pleno derecho y que el objetivo sea crear entornos seguros como la mejor medida de protección y buen trato.
"La educación afectivo sexual es necesaria, comentó Pepa, porque de lo contrario, no generaremos entornos protectores en las familias, en las escuelas..." en todos los lugares donde crece nuestra Infancia.
La conferencia versó sobre la prevención del abuso sexual infantil y aprendimos que el poder es un concepto clave para entender de qué estamos hablando. El poder no lo da la diferencia de edad, ni la fuerza física, sino que esa persona me quiera. El abuso es abuso porque obliga a través del manejo de ese poder.
Por eso, hablar de abuso sexual es mucho más que hablar de sexo. Hay que hablar de relaciones afectivas y de poder.
En este contexto: el miedo a ser diferente; dificultades para la conexión emocional y las sensaciones corporales; el aislamiento y la exclusión social; el comercio y la exposición de la intimidad; dificultades para la autonomía; sobre protección; historia de daño afectiva; trauma y disociación; legitimización de violencia emocional... son factores de riesgo a la hora de crear el abuso sexual infantil.
La educación afectivo sexual empieza en la educación infantil. Hay muchísimas oportunidades. Un ejemplo, el asco es una emoción protectora que un niño o una niña pequeños entienden perfectamente.
Pepa Horno alertó sobre los climas de indiferenciación afectiva y recordó que la base de la salud mental está en sentirse seguro y amado, "nadie es feliz sintiéndose solo o inseguro". Apuntó además que hay que prestar también atención "porque te puedes sentir seguro pero no amado o amado pero no seguro... hay que ofrecer a los niños el equilibrio".
Reflexionó sobre que proteger no es generar miedo. "Ten cuidado no es la palabra, pásatelo bien es la frase que tienen que oir niños, niñas y adolescentes. La realidad es que necesitan la red, tienen que tener amigos, tienen que aprender a confiar en los demás".
La base de la protección es generar confianza y fortaleza emocional.
Tenemos que aceptar que es imposible evitar el riesgo. Sí debe preocuparnos sin embargo, tejer una red de compañeros de vida generadores de buen apego y confianza.
La educación afectivo sexual pasa también por aprender a diferenciar los grados de intimidad: hay compañeros, amigos... Las relaciones afectivas y sexuales son mucho más que la genitalidad, por eso hay distintos niveles de relación. Cada paso por un nivel de relación tiene que ser libre, consciente, pausado y seguro.
Pepa Horno lo tiene claro: "la educación afectivo sexual es un derecho para poder tener un desarrollo pleno, no es una opción. Es además una inversión inteligente porque disminuye el riesgo. El abuso sexual infantil tiene un coste económico y social".
En este contexto, Pepa Horno nos regaló además otras reflexiones:
- la educación afectivo sexual no es una charla, sino una formación constante y transversal
- hay que ser honestos, predecibles, generadores de entornos seguros
- es necesario crecer generando estrategias para sobrevivir porque son radares permanentes para poder escapar al abuso