(Carla Mancebo y Andrea Rodríguez - Socias de la Asociación Galega “Camiño Real”de Arteixo) Hay trastornos que padecemos las jóvenes, como la anorexia, y muchas veces no sabemos si es la enfermedad mental la que desencadena la anorexia, o es la “moda” de una determinada época, u otras causas las que determinan padecer este trastorno en la edad adolescente; en cualquier caso será el equipo multidisciplinar el que haga el diagnóstico correcto para adecuar los tratamientos más acertados y convenientes de este trastorno que afecta a un buen número de jóvenes, terminando algunas falleciendo por inanición.
En cualquier caso, según este artículo publicado en www.saludymedicinahoy.es un trastorno que se puede prevenir a una edad temprana, generalmente en la infancia, donde ya se pueden apreciar ciertos rasgos de la personalidad en su relación con el entorno familiar y social.
A nosotras nos interesa saber de qué manera tenemos que actuar para que la “MODA” no nos lleve al padecimiento de esta enfermedad.
Ante todo, como norma general, lo que tenemos que hacer es aceptar nuestro cuerpo, nuestra constitución, tal y como es heredada de nuestros padres y, a partir de aquí, hay muchos medios de mejorarlo sin poner en riesgo la vida por no querer comer.
Disponemos de un arsenal de medios asequibles a todas y muy baratos cuando aceptamos la “prevención” como norma y seguimiento de nuestro desarrollo realizado por especialistas médicos y psicólogos.
Tal y como afirma el Dr. Hilde Bruch en su magnífica monografía sobre los trastornos de la alimentación, distingue tres rasgos psicológicos:
1º.- Empeño de las muchachas en mantenerse delgadas con alteraciones de la imagen corporal.
2º.- Dificultad en la percepción exacta de sensaciones corporales, principalmente como falta de hambre, ausencia de fatiga e ignorancia de los deseos e inclinaciones sexuales.
3º.- Sentimiento de ineficacia y de interés para los demás, donde al principio de la enfermedad suele estar precedido de “estrés emocional” y cierta oposición a los intereses y preferencia de los padres.
Estas jóvenes suelen ser muy inteligentes donde, por una parte desean ser independientes y por otra manifiestan una profunda necesidad de dependencia.
En muchos casos las burlas, que suelen ser frecuentes entre el grupo de iguales, no son capaces de superarlas en la época de la adolescencia, que es cuando hace su aparición la enfermedad, experimentando pérdida de peso y delgadez exagerada.
En estas situaciones se aconseja tratamiento en régimen de internamiento en centros especializados en este tipo de trastornos, procurando recuperar el peso perdido hasta que desaparezca el riesgo de muerte por inanición.
Deben recibir tratamiento farmacológico y psicoterapia prolongada, ya que los mensajes publicitarios para adelgazar, en el caso de sobrepeso, también influyen en las anoréxicas que luchan por alcanzar el ajuste necesario para adaptarse a los cánones de belleza dominantes, lo que aumenta el estrés psicosocial asociado a la obsesión por llegar a tener un cuerpo ideal y que pocas veces se consigue.
Antes de enfermar, debemos convencernos de que la caridad, comienza por una misma.