Son rivales en la pista con sus carcross pero amigos fuera de ella. Hablamos de Pablo García “Cubano” y Javier Ramilo “Kobas”, los aspirantes al título gallego de autocross en la categoría de carcross. Ahora que entramos en la recta final de la temporada y después de la carrera celebrada el pasado mes de septiembre en Carballo, el de Arteixo se pone al frente de la clasificación general pero con una exigua ventaja de ocho puntos con respecto a su más inmediato perseguidor. Como la dirección del circuito Choqueiro confirmó días atrás que no organizarían la última prueba del calendario (la que se tenía que disputar el 21 de octubre) debido a la falta de presupuesto, el campeón de este año se conocerá el próximo día 7 en Rianxo.
P: ¿De dónde te viene la pasión por los coches y a las carreras?
R: Aunque mi padre era muy aficionado al fútbol, también le gustaban los coches y cuando yo tenía cinco años me llevó a ver la primera carrera. Desde ese momento, no me perdí ninguna de las que se celebraron en el circuito de Arteixo. Bueno, excepto un año en el que mi madre me castigó sin ir al autocross por haber hecho una trastada en casa. Sin duda, ese fue el peor castigo de mi vida porque, además, se trataba de una prueba del campeonato de España a la que venían varios pilotos portugueses. Desde 1990, esa fue la única carrera a la que falté, y fue por ese motivo (risas). He de decir que mi padre también me llevaba a los partidos de fútbol pero a mí me tiraban mucho más los coches y la competición. En el año 2000 entré en la Peña Autocross Arteixo para echar una mano y estuve de comisario de pista hasta el 2012, que fue cuando pude empezar a correr con el primer carcross, un Semog que era de mi cuñado.
P: ¿Por qué te decidiste por un monoplaza y no por otro tipo de vehículo?
R: Era lo que más me llamaba la atención y, además, la poca experiencia que podía tener era la de ir con los amigos a correr la típica carrera de karts. Entonces mi cuñado me animó a probar con el carcross porque pensaba que se me podía dar bien. Además, también era lo más económico para empezar ya que podía arreglarlo con mis propios medios sin depender de un taller. La única duda que se me planteó en esos inicios fue la de qué pasaría si, después de invertir una cantidad de dinero en debutar en competición, me daba cuenta de que no valía para esto. A pesar de que tenía el dinero ahorrado, no me decidí hasta que Álex Riveiro me llevó en un carcross de dos plazas durante un cursillo que hicieron en Morás. Ahí ya me di cuenta de lo que me gustaba y que era lo que quería hacer.
P: ¿Qué recuerdos guardas de la primera prueba en la que participaste?
R: La verdad es que tengo que reconocer que estaba un poco verde y tuve algún problema en la salida de la primera semifinal. Por falta de experiencia no preparé bien las gafas y se me desmontaron nada más salir, quedándome sin ver nada y parado en medio de la primera curva. Después fui a la repesca pero ya no llegué más adelante; pagué la novatada (risas). En aquella época (de 2012 a 2014) el nivel de los pilotos era bastante alto y ya se hacía muy complicado clasificarse para disputar una final. El primer año conseguí un par de octavos, un noveno y un cuarto puesto, este último en el circuito de Orense que, precisamente, se estrenaba esa campaña.
P: Después de un año en el dique seco, esta temporada vuelves y te encuentras luchando por el título.
R: A principios de este año, y a raíz de los movimientos de Iván Ares y Antón Muíños (que pasaron a correr con Yacarcross) recibí una llamada de Semog en la que se me ofrecía la posibilidad de participar a los mandos de uno de sus monoplazas. Todo fue muy precipitado ya que faltaba poco más de un mes para el inicio de la competición y, casi sin tiempo, me puse como un loco a buscar patrocinadores para reunir el presupuesto necesario. Lo cierto es que las cosas salieron muy bien porque, además, fuimos a la primera carrera (en Santa Comba) y gané. Eso nos ilusionó muchísimo porque llegar y vencer después de estar año y pico parado nos hizo pensar que podía ser factible luchar por el título.
P: ¿Cómo se ha desenvuelto, hasta este momento, la presente campaña?
R: A pesar de todo, también ha habido momentos duros porque, por ejemplo, en Rianxo sufrí una avería cuando marchaba segundo en la semifinal y eso me condicionó porque él (“Kobas”) cogió una racha de tres victorias consecutivas y me descolgué en la clasificación general. Fue todo el año por delante de mí y, como parecía que tenía bien encarrilado el campeonato, decidió saltarse la carrera de Orense (Viduedo) para participar en el Nacional. Yo aproveché esa oportunidad y me salió bien porque gané la carrera, la semifinal e hice la “pole”, con lo que sumé muchos puntos y me quedé a solo ocho en la general. Entonces llegó Carballo y el fallo mecánico que no había tenido durante todo el año le vino en el momento más delicado porque ahora yo me puse por delante.
P: Después de Carballo, y a falta de una carrera, el campeonato se te ha puesto de cara.
R : Pues sí. Nos lo vamos a jugar todo a una carta en Rianxo porque ocho puntos no son nada y ya van a ser importantísimos los tres primeros que se pondrán en juego y que sumará el que se adjudique la “pole”. Si los consigo yo, me podré tomar la carrera con más calma y simplemente tendré que marcar a mi rival. En cambio si la hace Javier, no me quedará más remedio que arriesgar. Va a ser muy emocionante y estoy convencido de que todo se va a decidir al final. Me gusta que sea así porque allí siempre obtuve buenos resultados y, además, creo que mi coche se adapta bastante bien a ese circuito.