Fueron felices y comieron perdices y a mí no me dieron porque no quisieron. Así hizo que acabaran cientos de cuentos, tanto recopilados como propios.
¿Has escuchado la frase Tienes más cuento que Calleja?
Saturnino Fernández Calleja fue un escritor, intelectual, librero y editor que a partir de su librería en Madrid revolucionó el mundo del libro infantil, haciendo grandes tiradas de libros con gran cantidad de ilustraciones a las que les daba la misma importancia que al texto, reconociendo así que un libro te tiene que cautivar desde el principio, tanto si son de estudio como lectura de entretenimiento. Publicó muchos libros pedagógicos y bastantes de ellos los regaló a colegios que no los podían pagar. Parte de su éxito fue hacer grandes tiradas poniendo un pequeño margen en el precio de forma que cualquier persona podía obtener sus publicaciones u obsequiar con sus pequeños cuentos a los niños, estos libros estaban llenos de imaginación, dulzura e ingenio que ponían a los jóvenes lectores en el camino de la comprensión, cosa primordial para captar todas las materias con las que tendrían que familiarizarse en el trascurso de su vida.
Este español nació en Burgos en 1853. En ese tiempo el 60% de la población era analfabeta. Había una frase famosa que aún perdura. Tiene más hambre que un maestro de escuela. A los maestros de escuela les pagaba la gente que por cierto no disponía de dinero, sobre todo en el rural, así que le llevaban presentes, les dejaban sobre el pupitre al entrar una fruta, casi siempre una manzana o una naranja. En mi tiempo, que ya había mejorado mucho, todos los que podíamos les llevábamos un duro a la semana (cinco pesetas) al maestro o maestra, que era lo que se pedía en mi barrio, pero había padres que dejaban de mandar al colegio a sus hijos porque les daba vergüenza no poder pagar.
En la obra La Barraca del escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez, el personaje del maestro, tan solo tiene como posesión su dignidad y le hace tanta ilusión un café de verdad con un poco de pan que le ofrecen que hace una verdadera ceremonia.
Volviendo a Calleja. Hay que ser muy valiente para apostar por la cultura, y este hombre lo fue. Ediciones Calleja fue la más popular en España, en Filipinas y en toda Hispanoamérica. Para el año 1899 ya había publicado 3.400.000 volúmenes, solo la tercera parte eran libros infantiles. Algunos de sus libros costaban 2 céntimos y medio de peseta.
Un pueblo culto y educado es un pueblo con recursos que sabe decidir y sabe manejar los malos momentos y las prioridades , incluyendo la falta de recursos económicos, que es lo que a veces pone en jaque los valores humanos y morales, estos deberían ser como baluartes en la vida. No debemos menospreciar la cultura.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado ASÍ HUBIESE CONCLUIDO EL SR. CALLEJA.
Por Lucía Vilches - wwwdosrosasblancas.com