David Otero está considerado uno de los grandes del pop (rock) español y durante toda su carrera ha demostrado saber estar en cualquier escenario.
P- Dicen de David Otero que es uno de los artistas más míticos del pop español. ¿Qué te sientes más: legendario, fantástico o fabuloso?
R: Jajajaja… ¡me siento “naturalmente” humano! A veces un poco legendario cuando me recuerdan alguna canción antigua, un poco fantástico cuando me subo a un escenario… y fabulosamente afortunado por poder seguir haciendo esto después de tantos años. Pero sobre todo me siento un poco viejo con 45 años después de 25 haciendo lo mismo, pero con las mismas ganas que aquel joven de 20 que empezó.
P: Si fueras una nota musical, cuál serías y por qué?
R: Sería un la menor, porque es el punto de partida para afinar, pero también tiene algo melancólico y dulce. Como una nota que no grita, pero que lo dice todo si sabes escuchar. No puedo decir Sol Mayor, porque mi productor Tato Latorre me lo tiene prohibido, que dice que compongo todo en Sol.
P: ¿Qué hace David Otero justo antes de salir al escenario?
R: Hago mis ejercicios de voz durante una hora aproximadamente. Y si hay alguien del equipo cerca, le pregunto siempre si quiere salir él a cantar así yo me voy a casa, así normalmente provoco alguna risa. Me ayuda a conectar con la energía de lo que va a pasar ahí fuera de una forma desenfadada.
P: Eres cantante, guitarrista y compositor. ¿En qué orden pondrías cada una de estas palabras y cómo conviven las tres en el interior del artista?
R: Primero compositor, porque ahí nace todo. Luego guitarrista, porque fue mi primer amor. Y finalmente cantante, que fue lo que más tardé en asumir. Las tres son parte del mismo motor: contar historias con verdad. Se pelean a veces, pero se llevan bastante bien. Reconozco que nunca pensé en que me llamasen cantante, hasta hoy me suena raro escucharlo.
P: Tu gira, la que te trae a Santiago, ¿por qué “Naturalmente”?
R: Porque necesitaba mostrarme tal como soy. Sin artificios, sin decorado. “Naturalmente Acústico” es una manera de decir: así suena mi historia cuando la canto solo con una guitarra. También juega con el título del disco “Inteligencia Natural”, que habla de reconectar con lo esencial. Me parece la forma más bonita de mostrarme ahora mismo.
P: Vas a dar un concierto único el 29 en Santiago de Compostela, ¿hemos escuchado por ahí que esta etapa es una vuelta, una vuelta a qué?
R: Es una vuelta al origen, a cantar esas canciones como fueron compuestas, a esa raíz que a veces uno olvida entre tanto viaje. Es volver a la canción en su forma más desnuda, volver a escuchar y sentir sin filtros. También es una vuelta hacia dentro, hacia lo que sentía cuando las creé y a evocar esos fragmentos de mí que permaneces ahí para ser revisados de vez en cuando.
P: Si pudieras elegir a tu público, ¿con quién te gustaría compartir esta parada?
R: Con la gente que escucha con el corazón, con los que cantan bajito pero sienten fuerte, así lo suelo hacer yo cuando soy público en otros conciertos. Con los que crecieron conmigo y también con los que me acaban de descubrir. Es muy gracioso ver como vienen padres con hijos sin saber quién arrastra a quién en los conciertos.
P: Se abre el telón, quién es el David Otero que sale a cantar y a tocar?
R: Un tipo imperfecto, emocionado, pero siempre honesto. Alguien que cree en la música como puente entre almas. Que no busca la perfección, sino el momento de compartirlo. Intento que sea el yo más de verdad. Cada vez que he intentado disfrazar de alguna manera mi proyecto, he sentido que me alejaba de mi yo mas esencia, mas puro. Eso creo que al final es lo más difícil de mostrar en un escenario.
P: Se cierra el telón, ¿cuánto eres de exigente contigo mismo?
R: Demasiado, a veces. Pero he aprendido a mirar mis fallos con más cariño y reírme de ellos. Ya no me castigo como antes. Antes era mucho más intransigente. Porque de eso se trata: seguir aprendiendo.
P: Pronto vas a estar de cumpleaños, ¿cuál es el regalo que te hace más feliz?
R: Tiempo con los míos. Un desayuno tranquilo con mi familia, una charla larga con mis amigos, una carcajada, jugar a las cartas. Y si cae algún regalito… tampoco me quejo.
P: Nos despedimos ya, el 29 está a la vuelta de la esquina, mucha suerte, mucha fuerza y mucha salud…
R: ¡Y mucha música, mucho amor y muchas ganas de ir a vuestra ciudad! Nos vemos en Santiago…