En Camina Nepal llevan diez años apoyando a los chicos y chicas que salen de los orfanatos a través de la educación
Cuando dejas de ser niño y no tienes el apoyo de tu familia ocurre una realidad que se repite demasiadas veces y en demasiados lugares del mundo.
Camina Nepal es una entidad que trabaja en este país ayudando a chicos y chicas que tienen que "dejar los orfanatos, se van a la calle y ya está".
Hace 10 años cinco españoles coincidieron en un orfanato nepalí. "Bueno, me corrijo, apunta Gonzalo Mosquera, realmente no son orfanatos, son casas de acogida; la realidad es que la mayoría de los chicos y chicas sí tienen familia. Pero qué pasa, por cuestiones culturales los abandonan o les dan la oportunidad de poder estudiar en una ciudad más grande y no en su pueblo".
Pero en Camina Nepal viven de cerca la realidad. El paso de ser niño a joven no es siempre un camino sin piedras.
Así que por un lado esta ONG tiene un programa de becas que cubre todo lo necesario para que los jóvenes puedan estudiar. Además crearon en Katmandú una residencia: 16 plazas para chicos y chicas que conviven bajo un mismo techo bajo la responsabilidad de otros que en su momento abandonaron también un orfanato.
Además en Camina Nepal, aunque se vuelcan con la educación son sensibles a otros problemas. Cada joven es un mundo. Comparten problemáticas pero también están las individuales. Están condicionados por sus propias realidades y esto a veces es un lastre. Por eso en Camina Nepal ayudan a la familia si es necesario.
Principales retos para la infancia en Nepal
En Nepal las cuestiones culturales marcan mucho, sobre todo en zonas rurales. Ahí están los matrimonios concertados. Una niña es un lastre para su familia; cuando se casa tienes que pagar por ella a la familia del marido, cuando la has alimentado y ya no va a seguir aportando con su trabajo en el hogar. Por eso es mejor arreglar con 12-13 años un matrimonio y que se haga cargo de ella otra familia. Si la niña tiene la suerte de dar con una familia de mentalidad moderna se la tratará bien, si no se convertirá en casi una esclava.
Otros problemas para la infancia en Nepal son:
- las mafias, que raptan, engañan y explotan sexualmente. Pero no sólo están las mafias de explotación sexual, sino también algunos orfanatos y casas de acogida son en realidad mafias que viven a costa de estos niños y niñas
- el problema añadido de la falta de infraestructuras. Hay niños y niñas que tienen que caminar horas para ir y volver a la escuela, por lo que acaban abandonándola
- la vida en los pueblos depende del campo. En épocas de recogida o siembra, por ejemplo, los niños no van a la escuela, porque se tienen que quedar a trabajar como uno más
- la religión. Nepal es mayoritariamente hinduista y según como se viva, la mujer sigue sufriendo el ser mujer; incluso hoy en día se las culpa de la muerte de sus maridos cuando se quedan viudas; o se las aparta cuando tienen la regla y se las envía con las ovejas y cabras
- no hay control de la natalidad. Las familias crecen y no tienen capacidad para alimentarse
- la explotación laboral, también la infantil, sigue existiendo. No hay salario mínimo; el medio son al cambio 80-90 euros. Y esto si vas a trabajar, si no vas, no generas
No son niños y niñas abandonados
En Camina Nepal una gran parte del tiempo lo dedican a ir a los pueblos de donde proceden los chicos y chicas para saber si tienen o no familia y visitar así a sus familiares. En la ONG conocen casos de chavales que vivían en casas de acogida cuando tenían familia. Las adopciones desde hace años están prohibidas porque había mucho negocio por medio. El Gobierno optó por cortar por lo sano: por una parte solucionó un problema pero por otro se cortó la posibilidad de que los niños puedan crecer en familia. Al final siempre "pagan justos por pecadores".
¿Hay solución a todos estos problemas?
La solución, apunta Gonzalo a nivel particular, es un cambio de paradigma a nivel mundial. Hay que cambiar muchas mentalidades. Estos países dependen muchísimo de nosotros. Si nosotros no cambiamos, ellos tampoco van a cambiar. Seguimos pensando a nivel individual, cada vez somos más egoístas e individualistas. Pensamos poco a nivel colectivo. En Nepal es complicado pero hay avances. Pero también corren el riesgo de cometer los mismos errores que Occidente: consumismo...
El futuro es cuestión de recursos: económicos y humanos. Hay gente preparada para dar el gran cambio pero realmente no interesa. Al final todo se deshumaniza. Y todo se cronifica y nos hace no sentir. Sabemos que mueren de hambre miles de personas, y esta realidad no nos mueve. Se trata de hacer todos un poquito, si sumamos esos poquitos, todo iría mejor.
Incluso las ong nos volvemos egoístas, apunta Gonzalo. Es fundamental tejer una red entre ongs. Y defender nuestra independencia.