"Pensábamos que la vida siempre iba a ser como la conocíamos"
En esta entrevista, obtenemos pautas para hoy y de cara al futuro. "Es importante destacar, aunque puede parecer obvio, que la pandemia provocada por el Covid-19, no nos ha afectado a todos por igual. Algunas familias o personas han sufrido, y siguen sufriendo, situaciones sumamente difíciles y dolorosas. Muchos perdieron a seres queridos, otros están solos, tienen que convivir con realidades familiares complicadas o soportan una situación económica precaria. Muchos de nosotros no puede imaginar lo que para ellos está suponiendo el confinamiento", asegura el psicólogo Ignacio Asensio. Es uno de los profesionales del Centro de Psicología Edeco y cuenta con más de 30 años de experiencia. Actualmente, desarrolla su actividad en el marco de la Terapia de Aceptación y Compromiso en adultos, adolescentes y niños.
¿El coronavirus nos cambiará de forma radical?
Estábamos acostumbrados a vivir de una determinada manera y pensábamos que, aunque con fluctuaciones naturales, la vida siempre iba a ser como la conocíamos. Pero en estos momentos, ello ha quedado en entredicho a todo nivel: salud, trabajo, libertad, capacidad de acción… Todo se ha visto amenazado. Por lo tanto, nuestra forma de vivir y de ver la vida durante este tiempo de confinamiento sin duda ha cambiado.
¿Esto significa que seremos mejores personas?
Hemos sentido la necesidad de protegernos, incluso de los que más cerca estaban como son familiares, amigos, vecinos...En estos últimos años sufrimos distintas crisis, pero parece que no hemos aprendido mucho de ellas. Probablemente, si no somos capaces de reflexionar en esta crisis en la que nos encontramos, y que es la más severa de todas, volveremos a encontrarnos en la misma situación que en la que estábamos hace casi dos meses atrás.
Las muestras de solidaridad durante el estado de alarma han sido las protagonistas. ¿Será una actitud circunstancial?
A lo largo de estas semanas hemos visto las más increíbles muestras de generosidad, de cooperación, de cariño y de solidaridad hacia vecinos, profesionales, enfermos y personas con determinadas carencias. Personas que en algunos casos no conocíamos. Gestos hacia nosotros y nosotros hacia ellos. Pero también hemos sido testigos de lo peor de nosotros, de nuestra insolidaridad, de nuestro vacío, de nuestra incomprensión y nuestro egoísmo. Debemos ser conscientes de lo que está pasando, de lo que cambió nuestra forma de ver las cosas, de lo que hemos podido ganar y de lo que en el fondo es realmente importante en nuestras vidas. Será la lección para aprender en este momento. Debemos ser capaces y valientes para asumirla. El camino que elijamos tomar a partir de estas vivencias será lo que nos construya como sociedad en un futuro.
La incertidumbre que esta crisis conlleva ¿nos marcará ese futuro?
El grado en que esta situación nos toca tiene que ver con muchas cuestiones que marcan su excepcionalidad. Estamos conviviendo con una sensación continua de peligrosidad, pero además con la rigidez de un confinamiento que nos priva de un bien absolutamente preciado que es nuestra libertad personal. Libertad para relacionarnos, para elegir lo que hacemos, a dónde vamos, con quién, cuándo… Sin duda, como adultos convivimos además con la incertidumbre sobre el futuro que nos espera cuando esto pase.
Quizá nuestros hijos sean quienes nos marquen un cambio...
Una de las cosas más importantes que deberíamos hacer con nuestros pequeños, y no tan pequeños, es hablar con claridad acerca de lo que está pasando. Realizar una reflexión acerca de lo que deberíamos cambiar. Si les preguntásemos que es lo que echan de menos en estos momentos probablemente nos dirían que a algún amigo o amiga, al primo, poder estar con los abuelos, realizar determinada actividad e incluso, ir al colegio. Deberíamos pensar, por lo tanto, en aquello que es importante en la vida de las personas desde siempre. Debemos evitar distraernos demasiado con otras cosas que la sociedad nos propone como son el éxito, el dinero, los objetos…
¿Se trata entonces de lograr un equilibrio?
Hay que tener en cuenta que los niños tienen gran capacidad de adaptarse a las circunstancias y situaciones vitales más, si cabe, cuando los adultos les ayudan y apoyan. Los problemas suelen surgir, en mayor medida, cuando a una situación de vulnerabilidad como es el caso de niños con determinados trastornos, personas mayores con problemas físicos, familias desestructuradas o personas con diversidad funcional, por poner algún ejemplo, se le suma una situación de confinamiento como la que vivimos. En estos casos la situación de estrés y tensión que se puede acumular es mucho mayor y más complicada de gestionar. En general, el cambio en sus hábitos cotidianos, de rutinas, etc., haya agudizado algunos comportamientos como el aburrimiento, el nerviosismo, cambios de humor, reacciones agresivas, miedos o cambios en el sueño. Pero en términos generales todas estas manifestaciones tenderán a normalizarse a la par que se normalice la situación general. Los conflictos agudos surgen cuando los adultos no estamos a la altura de las circunstancias"
¿Hablamos de respetar la individualidad?
En esta época ha sido y va a seguir siendo muy importante acompañar a los niños y niñas en sus necesidades de relación, de juego, de actividad... Pero siempre respondiendo con serenidad ante su aburrimiento o su frustración y aprovechando las circunstancias para que aprendan a convivir mejor con esas sensaciones. Hay que poner límites a sus demandas, pero tratando con respeto la expresión de todo el abanico de emociones que puedan sentir. Es muy importante no generar un ambiente de preocupación excesiva en el hogar, para que la convivencia entre los miembros de la familia no esté centrada en sensaciones negativas como son el peligro, la incertidumbre, la desesperación…
Una convivencia familiar extraordinaria...
Si, pero probablemente para muchos niños y niñas éste ha sido un tiempo para poder estar con sus padres, sus hermanos y hermanas. Esto les gusta, es más, lo necesitan. Y también los padres lo necesitan. Un tiempo, sin urgencias en el que seguramente se ha sentido que hay menos piezas de un rompecabezas imposibles de encajar. Desde esta experiencia podemos descubrir otra forma de disfrutar de los nuestros. No tan centrada en la actividad sino en el estar, en compartir instantes y acciones cotidianas. Es importante no transformar una situación excepcional y compleja en una situación traumática. Es evidente que el que se produzca un trauma no depende de la situación sino de la manera de vivir dicha realidad. Dicho de otro modo y para finalizar la entrevista: la afectación está relacionada con la situación y cuando esto pase, también irá pasando la acción que tiene sobre todos.
La entrevista se realizó telemáticamente en el Centro de Psicología Edeco -Centro Sanitario acreditado con el nº de registro C-15-003135- . En sus instalaciones trabajan en los ámbitos de la Psicología Clínica, de la Salud y Escolar, todos enmarcados en la Terapia Cognitivo-Conductual y de Aceptación y Compromiso. Sus áreas de intervención son los adultos, adolescentes, niños, parejas, terapia de grupo y formación para entidades y empresas.