La historia de la pirotecnia y el desarrollo de los espectáculos de fuegos artificiales no está ampliamente desarrollada. Sin embargo, se sabe que el descubrimiento de la pólvora tuvo lugar en China. Un alquimista chino, alrededor del S.X, halló una mezcla de sulfuro, salitre y carbón de leña a la que llamaron pólvora negra y que era utilizada en medicina, para la guerra y como los primeros fuegos artificiales para celebrar la prosperidad y espantar espíritus malignos.
Sobre la llegada de la pólvora a Europa hay diversas hipótesis. Según algunos historiadores, la pólvora llegó de manos de los árabes. Sin embargo, hay quien lo atribuye a los croatas. También hay quien escribe que Marco Polo fue el encargado de introducir los fuegos artificiales en Europa ya en el S. XIII. En ese siglo aparecen también los primeros escritos sobre el uso de la pirotecnia.
Sería durante el Renacimiento, cuando el uso de la pirotecnia con fines festivos comenzó a extenderse. El centro del uso de la pirotecnia fue la ciudad de Florencia. De hecho, en Italia nacen dos escuelas centradas en la fabricación de artificios, mientras que en Alemania, se crea una escuela centrada en la parte química.
En España, la pirotecnia tendrá gran relevancia en Valencia. Ya en el S.XV hay constancia de talleres y tiendas de pirotecnia. En 1532, Carlos V dictará las primeras ordenanzas que conciernen al gremio de coheteros y pirotécnicos.
En el S. XIX se produce la evolución química que permitirá la diversificación del color en los fuegos artificiales. Así, hoy en día se obtienen también los colores gracias a diversos elementos químicos. El color lila es proporcionado por el potasio; el naranja por el hierro; el amarillo por el sodio; el verde es producido por el cobre y el bario; el rojo por el litio y estroncio y la luz blanca proviene del aluminio y magnesio.
La Revolución Francesa democratizó los fuegos artificiales pues consiguió que los espectáculos de fuegos artificiales fueran para todo el público y no sólo para nobles y burgueses.
En la actualidad, casi en la totalidad de eventos, podemos encontrar un espectáculo de fuegos artificiales. Aunque poco o nada tienen que ver con los primeros vistos en Europa celebrando la victoria en alguna batalla. La tecnología, el uso de software y los diseños casi individualizados son cosa del S. XXI.