La plaga de procesionaria ya está aquí

Este insecto tiene un impacto devastador sobre los árboles que coloniza y puede generar fuertes reacciones alérgicas tanto en personas como en animales.

Oruga procesionaria-Diario de Arteixo
photo_camera Oruga procesionaria-Diario de Arteixo

El adelanto de la plaga de procesionaria ha pasado de ser una anécdota a convertirse en una ya consolidada tradición.

Destacar que hace años, este evento se localizaba entre los meses de marzo y abril, al comenzar la primavera, pero algunas comunidades autónomas, con sus templadas temperaturas, han dado ya el pistoletazo de salida a la aparición de la plaga de procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) en pleno mes de febrero.

Por ello, y ante este adelantamiento sistemático de la plaga de procesionaria, la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA)recomienda a las Administraciones locales incorporar entre sus actuaciones imprescindibles campañas de prevención anuales para la temporada de otoño.

En cualquier caso, recuerdan desde ANECPLA, es imprescindible que los trabajos de gestión de este insecto sean llevados a cabo por profesionales, quienes actuarán según la gestión integrada de plagas realizando en primer lugar un diagnóstico de situación, que definirá el tratamiento a aplicar en función de cada caso.

Peligrosas para las personas y potencialmente mortales para los perros

Desde ANECPLA advierten que apenas un mínimo contacto con la oruga procesionaria puede generar desde dermatitis a lesiones oculares, pasando por urticarias y reacciones alérgicas.

Los pelos de este insecto tienen el nombre científico de “tricomas” y se calcula que cada individuo posee alrededor de 500.000, listos para ejercer de dardos envenenados en el momento en sientan que se encuentran en peligro.

Desde la Asociación insisten en que un mínimo contacto con ellos puede generar desde dermatitis a lesiones oculares, pasando por urticarias y reacciones alérgicas debido a la liberación de histamina.

En el caso de los animales de compañía, especialmente de los perros, este contacto puede llegar incluso a provocar su muerte.