El Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud marca un decálogo de recomendaciones para evitar problemas derivados del calor.
El Ministerio de Sanidad recuerda la importancia de prevenir y mitigar los efectos negativos que el calor excesivo puede tener sobre la salud de la ciudadanía, especialmente en los grupos de riesgo o más vulnerables, como personas mayores, mujeres gestantes, menores y personas con enfermedades crónicas, así como en aquellos colectivos que desempeñan su trabajo o realizan esfuerzos al aire libre.
Cada mañana, Sanidad actualiza el mapa de niveles de riesgo para la salud por zonas meteosalud que cuenta, además, con un sistema de suscripción gratuito por mail y SMS:
https://www.sanidad.gob.es/excesoTemperaturas2024/meteosalud.do
Durante todo el verano, Sanidad mantiene activo el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas por Altas Temperaturas, cuyo objetivo es reducir el impacto sobre la salud de la población como consecuencia del exceso de temperatura. Toda la información sobre el Plan Nacional puede consultarse en:
La exposición a temperaturas ambientales elevadas puede provocar una respuesta insuficiente del sistema termorregulador humano. El calor excesivo puede alterar nuestras funciones vitales si el cuerpo humano no es capaz de compensar las variaciones de la temperatura corporal.
Una temperatura muy elevada produce pérdida de agua y electrolitos que son necesarios para el normal funcionamiento de los distintos órganos. En algunas personas con determinadas enfermedades crónicas, sometidas a ciertos tratamientos médicos y/o con discapacidades que limitan su autonomía, estos mecanismos de termorregulación pueden verse descompensados más fácilmente.
Desde un enfoque biológico, la exposición a temperaturas excesivas puede provocar problemas de salud como calambres, deshidratación, insolación o golpe de calor (el cual cursa con problemas multiorgánicos que pueden incluir síntomas tales como inestabilidad en la marcha, convulsiones, coma e incluso la muerte).
Medidas preventivas
Por ello, desde el Ministerio de Sanidad se insiste en un decálogo de recomendaciones generales, con el objetivo de minimizar los daños que las personas pueden sufrir a consecuencia del calor, como son:
1. Beber agua o líquidos con frecuencia, aunque no se sienta sed y con independencia de la actividad física que se realice.
2. Evitar las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación.
3. Aunque cualquier persona puede sufrir un problema relacionado con el calor, prestar especial atención a bebés, menores, mujeres embarazadas o lactantes, así como personas mayores o con enfermedades que puedan agravarse con el calor (como las enfermedades cardíacas, renales, diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, patologías que dificultan la movilidad, demencia y otras enfermedades mentales, así como el abuso de drogas o alcohol).
4. Permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse cada vez que lo necesite.
5. Procurar reducir la actividad física y evitar practicar deportes al aire libre en las horas centrales del día.
6. Usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
7. Nunca dejar a una persona en un vehículo estacionado y cerrado (especialmente a personas menores de edad, mayores o con enfermedades crónicas).
8. Consultar a un profesional sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.
9. Mantener las medicinas en un lugar fresco; el calor puede alterar composición y sus efectos.
10. Hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.).