Para los ucranianos, la Navidad es algo más que una festividad, está conectado con el pasado, con las raíces y mira hacia el futuro. Tiene tanta fe en un futuro feliz y en la victoria del bien sobre el mal que no puede ser erradicado.
Algunas tradiciones cambian, se transforman, adoptan costumbres extranjeras o pierden significado con el tiempo, pero otras mantienen la esencia de la identidad propia.
La Navidad cambió, pero las tradiciones más importantes se conservaron y transmitieron de generación en generación como una reliquia familiar. La celebración de las vacaciones de invierno en Ucrania comienza el 18 de diciembre y finaliza el 20 de enero. Celebramos la Navidad el 7 de enero según el antiguo calendario, pero después del comienzo de la invasión a gran escala, cambiamos la fecha de celebración al 25 de diciembre, según el nuevo calendario, para desvincularnos del Patriarcado ortodoxo de Moscú por todos los medios. Durante un mes celebramos 11 días festivos, cada uno de los cuales dura de 1 a 3 días. Desde San Nicolás, Nochebuena, Navidad, Año Nuevo y “Malanka”, hasta la celebración del viejo Año nuevo, (una segunda Nochevieja acorde a un calendario antiguo), segunda Nochebuena y Epifanía. Imaginaros la cantidad de comida. Pareciera que la razón principal se desarrolla alrededor de la mesa, pero no es así.
Los ucranianos celebraron el solsticio de invierno mucho antes de la aparición del cristianismo oficial. En honor al nacimiento del sol. Como todas nuestras fiestas, la Navidad tiene como objetivo honrar a los antepasados.
Anteriormente, Kolyada era una fiesta por el sol que le robamos al pasado y el nacimiento de uno nuevo. La gente cantaba la noticia mientras viajaban de casa en casa.
Ahora el teatro ambulante Vertep representa escenas del nacimiento y la salvación de Jesús por todas las casas ucranianas.
También tenemos la tradición de "Vodinnya kozy". Se trata de una pantomima satírica que se representa en todas las casas. En la pantomima, la cabra del granjero muere y el médico intenta salvarla, consiguiendo revivirla agónicamente al final. La idea de la victoria de la vida sobre la muerte, que se encarna simbólicamente en la escena, tenía un significado especialmente relevante para la sociedad de los antiguos pastores y agricultores.
La mascarada de la festividad de “Malanka” en el Viejo Año Nuevo, el 13 de enero, se convierte en un evento público con la participación de todos, vestidos con disfraces de animales y personajes folclóricos, que cantan canciones y bailan en medio de la calle. El 20 de enero se celebra la Santa Epifanía bañándose en un agujero consagrado excavado en el hielo.
Con la llegada de la Unión Soviética, el ateísmo y la prohibición de creer en cualquier cosa que no fuera el comunismo, se prohibió la tradicional celebración de la Navidad en Ucrania. Y todo el "alboroto navideño" se convirtió en "alboroto de Año Nuevo". Ahora el árbol no era de Navidad, sino de Año Nuevo, y los regalos y las vacaciones de invierno se asociaban únicamente con el Año Nuevo.
Durante el gobierno de la Unión Soviética, se animaba a los ucranianos que no habían conocido años sin fe a visitar en secreto la iglesia, lo que formaba sindicatos clandestinos.
En las condiciones de distanciamiento de Dios, uno quería creer en él aún más.
Fue en ese momento cuando lo más importante era recordar. Los tiempos pasaron, pero la cultura permaneció y revivió. Seguimos las tradiciones incluso cuando no recordamos por qué. Este parece ser el camino correcto en el que no se piensa, pero que aporta cierta confianza en comprender lo que tenemos, qué valor le damos y qué no debemos perder a cualquier precio.
P.S. Has Oído Hablar de Eso
