A lo mejor Julia tiene razón.
Le voy a hacer caso a Julia y le voy a pedir a mi abuela que me cuente por qué yo vivo con ella.
La abuela me ha vuelto a decir que me lo cuenta cuando sea mayor.
Julia dice que se lo diga a las señoras del Laberinto, que tengo derecho porque es mi vida.
Creo que Julia esta vez tiene razón. Cuando vea a alguna se lo pregunto.
Aunque dice Julia que no lo haga, que me voy a enterar del motivo y después tengo que hacer como que me gusta.
Ella conoce a una que lo preguntó y después tuvo que ir a la psicóloga.
La abuela es muy fácil de convencer.
Julia dice que esto es algo bueno que tienen las abuelas porque así los sábados si llega tarde no pasa nada.
Hay una niña mayor que dicen que salió hace tres años del Laberinto. Tiene una hija pequeñita.
Vuelve a estar en el Laberinto. Esta vez su abuela, su otra abuela, y la abuela nueva de la niña nueva.
Julia dice que así es imposible ser normal...
A Julia una amiga del Laberinto le ha pasado esta carta. Se le calló a una niña de su mochila. Es de su abuela.
Querida nieta:
Te pido perdón por no haber sabido ayudar a tu mamá para que te cuidara como todas las mamás cuidan a sus hijos.
Bien sabe Dios que cuando era pequeña intentamos de todo. Pero o no tuvimos suerte o no supimos llamar a la puerta acertada.
El caso es que cuando tu mamá se hizo mayor perdimos todo el control.
Después llegaste tú a la familia.
Fue una noticia maravillosa y vivimos felices algún tiempo.
Todo parecía volver a la normalidad.
Pero la paz duró poco y tu mamá volvió a las andadas.
Volvimos a intentarlo todo, sobre todo protegerte para que no sufrieras y crecieras sabiendo que tenías todo nuestro amor.
Quizás te protegimos demasiado y ahora que eres una mujer adulta me doy cuenta.
Pero me alegro de haberlo hecho aunque hace ya tres años que te has ido y has decidido no tener contacto con nosotros.
Por eso te sigo escribiendo para tenerte siempre cerca aunque estés lejos.
Hemos sabido que tienes novio y que te vas a casar. Que tienes trabajo y que todo te va bien.
Sabes que esta casa siempre será la tuya. Si ves algún día a mamá, dile que a ella también la quiero.
Tu abuela
Del libro "El laberinto de Olivia y Julia" Leer anterior AQUÍ
