La salud de los niños, niñas y adolescentes del sistema de protección está poco difundida (capítulo 8)
La salud de los niños atendidos por el sistema de protección a la infancia ha sido y es una de las grandes preocupaciones de la pediatría; en el siglo XIX la pediatría social era reconocida como una especialidad de la Medicina. La actual regulación del pediatra apunta que este profesional sanitario tiene dos áreas de formación: una, la clínica; y otra, la social. En éste aspecto el pediatra social debe tener una formación muy sólida y consistente.
José A. Díaz Huertas era el presidente de la Sociedad Española de Pediatría Social en el momento de escribir esta información. Comenta que “es necesario un mayor conocimiento acerca de los problemas y necesidades en salud de estos menores para una adecuada atención sanitaria”. Opina que la atención a la salud de estos niños implica un trabajo transversal y coordinado que persigue la mejora de su calidad de vida y favorecer su integración social y familiar. “Hay que contemplar al niño en su entorno: dónde vive, qué aire respira, cómo es atendido…. todo ello afecta a su salud”.
El doctor Díaz Huertas empezó a trabajar en el ámbito de la protección en el año 1985. Fue testigo de cómo el modelo de protección pasaba de la beneficencia a cómo estos menores son atendidos por el sistema como uno más. "La gente, dice, se echa las manos a la cabeza cuando oye que hay 40.000 niños atendidos en el sistema de protección en nuestro país. Es clave darnos cuenta de la realidad de este problema, pero los niños creo que han dejado de ser un interés para la sociedad en muchos puntos”.
El niño tiene derecho a la salud
¿Cómo pueden influir los factores prenatales en el derecho a la salud de los menores del sistema de protección?
José A. Díaz Huertas es rotundo “se sabe que durante la gestación, la exposición a tóxicos, una alimentación inadecuada, fumar… todo afecta; el período de gestación afecta a la salud del niño". Es importante detectar factores de riesgo durante el embarazo como una “forma de prevención”.
En este sentido, comenta “creo que si bien es verdad que estamos mejor que hace tiempo, también es verdad que no estamos en los niveles que deberíamos estar; debería haber
programas de detección de riesgo de la embarazada, programas de visita domiciliaria; después, cuando la madre ha dado a luz, poder ir a su domicilio a ver cómo tiene la habitación del niño, si tiene alguna dificultad… estos programas están reconocidos a nivel mundial como una de las mejores estrategias para prevenir”.
“Una de las cuestiones, insiste José A. Díaz Huertas, es el gran desconocimiento que hay del sistema de protección por parte de los profesionales y por la Sociedad en general. Por ejemplo, si hacemos esta pregunta, en un caso de maltrato qué tendríamos que hacer, la mayoría diría ir a la policía, a un juez... Pero casi nadie dice ir a los servicios sociales”.
Hoy en día destaca como una forma de maltrato el maltrato emocional, es decir, la falta de atención a las necesidades emocionales de los niños. “Puedes ir al colegio, tener una buena casa, pero después el niño está solo y no está bien atendido emocionalmente”. Esto es común a todos, “aquí maltrata todo el mundo, no es verdad la idea de que sólo maltratan determinadas clases sociales”.
Los niños mal atendidos tienen falta de vacunación, tienen caries, tienen secuelas por haberse desarrollado en un ambiente desfavorable. Las circunstancias sociales del ámbito familiar y los factores de riesgo sanitario en el que viven los menores están relacionados con una mayor probabilidad de aparición de ciertas patologías.
Estos factores de riesgo aparecen durante toda la vida y afectarán al área biopsicosocial del menor, también, durante toda su vida.
Como ejemplos de factores prenatales cabe citar:
- deficiencias en el estado de la salud de la embarazada: posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas, como el VIH
- ingesta de alcohol y drogas durante el embarazo: síndrome de abstinencia neonatal, drogadicción fetal
- pobres o nulos controles de embarazo: bajo peso al nacimiento, secuelas a medio-largo-plazo (parálisis cerebral, displasia broncopulmonar)
- factores nutricionales: retrasos en peso y talla, sobrepeso, alta incidencia en caries
- cuidados médicos inadecuados, inestables o ausentes: déficits visuales y auditivos
- déficits afectivos familiares: inseguridad, reacciones emocionales impulsivas, alteraciones en el ritmo de sueño, absentismo y fracaso escolar, consumo de alcohol y drogas…
La Guía de Salud de los Niños Atendidos por el Sistema de Protección a la Infancia recoge un protocolo de atención sanitaria que según el Presidente de la Sociedad Española
de Pediatría Social no está bien difundido.
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